Autor: Arquitecto Francisco Pérez Gallego, Presidente ICOMOS Venezuela.
Ponencia presentada en el
Encuentro Internacional Itinerarios Culturales: planes de manejo y turismo sustentable,
efectuado en la ciudad de San Miguel de Allende, México
entre el 13 al 15 de julio de 2011, convocado por el INAH (Instituto de Antropología e Historia de Mexico).
Publicada en el documento compilatorio de las ponencias:
Itinerarios Culturales, planes de manejo y turismo sustentable.
México: Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2011, pp. 121-148.
Las categorías de los bienes culturales se han ido enriqueciendo a través del tiempo para dar lugar a clasificaciones que involucran nuevas variables, las cuales han generado conceptos de mayor complejidad, que dentro de una visión holística han integrado nuevos factores como el tiempo y el ingrediente intangible. De acuerdo a la Convención del Patrimonio Mundial, en su artículo 1, los bienes culturales tangibles se clasifican en monumentos, sitios y conjuntos, definidos en los términos siguientes:
Los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia del arte o de la ciencia,los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia,los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las zonas incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico. (UNESCO, 1972).
A esta clasificación, se han sumado las categorías de los Paisajes Culturales y los Itinerarios Culturales. La primera se relaciona y amplía la definición de lugares y la segunda la de conjuntos. Sin embargo, aún cuando existen entre ambos binomios terminológicos elementos comunes, también se diferencian ampliamente en algunos aspectos.
Los Paisajes Culturales como categoría del patrimonio cultural fueron incluidos en 1992, en la XVI Asamblea del Comité de Patrimonio Mundial. El Comité reconoció que los paisajes culturales:
Representan las ‘obras combinadas de la naturaleza y el hombre’ designadas en el Artículo 1 de la Convención. Son ilustrativas de la evolución de la sociedad y asentamientos humanos a través del tiempo, bajo la influencia de las restricciones físicas y/o las oportunidades que brindaba su entorno natural y las sucesivas fuerzas sociales, económicas y culturales, tanto internas como externas.
Por otro lado, la definición de Itinerario Cultural de más reciente elaboración, fue precisada por el Comité Científico Internacional de Itinerarios Culturales (CIIC) del ICOMOS y ratificada por la 16ª Asamblea General del ICOMOS celebrada en Québec (Canadá), el 4 de octubre de 2008. (ICOMOS, 2008). De acuerdo a la Carta ICOMOS de Itinerarios Culturales, Itinerario cultural es:
Toda vía de comunicación terrestre, acuática o de otro tipo, físicamente determinada y caracterizada por poseer su propia y específica dinámica y funcionalidad histórica al servicio de un fin concreto y determinado, que reúna las siguientes condiciones:
a) Ser resultado y reflejo de movimientos interactivos de personas, así como de intercambios multidimensionales, continuos y recíprocos de bienes, ideas, conocimientos y valores entre pueblos, países, regiones o continentes, a lo largo de considerables períodos de tiempo.
b) Haber generado una fecundación múltiple y recíproca, en el espacio y en el tiempo, de las culturas afectadas que se manifiesta tanto en su patrimonio tangible como intangible.
c) Haber integrado en un sistema dinámico las relaciones históricas y los bienes culturales asociados a su existencia. (ICOMOS, 2008).
Basándonos en esto, debemos delimitar claramente su alcance, y diferenciarlos de otra categoría que tiende a asociarse y enlazarse con los itinerarios, pero que es ostensiblemente diferente. Esta es la formada por los Conjuntos o Redes de Bienes Seriados: que sería el grupo de bienes de patrimonio natural y cultural tangible e intangible, hilvanados por un tema, concepto o idea, tipología, autoría u otro, pero sin la presencia del tránsito de flujos humanos en el tiempo entre ellos. Esta es la principal diferencia con los Itinerarios, que por su lado representan la vía, el hilo conductor o medio físico, terrestre, fluvial, marítimo, y/o incluso aéreo, que sirvió de flujo e intercambio de culturas a través del tiempo y que dio origen a un conjunto de bienes culturales, tangibles e intangibles.
Con relación a rutas e itinerarios, debemos establecer también la diferencia entre rutas turísticas para el turismo cultural e itinerarios culturales, ya que existen discrepancias sustanciales de orden conceptual entre ambas.
La Ruta Turística es un recorrido creado en la actualidad con un objetivo específico: permite admirar paisajes, evocar sitios históricos, disfrutar de ambientes de playa o montaña, de actividades deportivas o de aventura siguiendo un itinerario predeterminado, conectando zonas que ostentan diversos atractivos. Una ruta o itinerario cultural puede devenir en una ruta turística, por la explotación de la misma para estos fines, siempre que sean puestos en práctica adecuadamente. Sin embargo, toda ruta turística no es en sí misma un itinerario cultural. Según Guillermina Fernández y Aldo Guzmán Ramos, (2005, Julio 14), una ruta turística “se compone de un conjunto de locales, elementos, comunidades, etc., organizados en forma de red dentro de una región determinada y que estando debidamente señalizadas, suscitan un reconocimiento de interés turístico. (…) Las rutas se organizan en torno a un tema que caracteriza la ruta y le otorga su nombre. La ruta debe ofrecer a quienes la recorren una serie de placeres y actividades relacionadas con los elementos distintivos de la misma. Debe presentar una imagen integral a partir de la complementariedad entre sitios, servicios, atractivos y lenguaje comunicacional.”
Por tanto, una ruta turística se construye como un proyecto nuevo y actual, aprovechando las potencialidades de un conjunto de bienes del patrimonio natural y/o cultural existentes a través de la asociación de una idea o concepto que permite vincularlos en el presente, aún cuando pudieron estar o no vinculados en el pasado. Según los autores citados “En el proceso de puesta en marcha de una ruta, es importante definir objetivamente cuales son las condiciones para su funcionamiento, implicando a los actores locales que potencialmente podrían pertenecer a ella en la definición de las actividades que van a desarrollar en su ámbito. Cabe aclarar que si la población local no está interesada en el proyecto, la posibilidad de éxito de un proyecto de desarrollo endógeno es casi nula, por esto es primordial generar, en principio, un ámbito de participación social, que si bien estará guiada por expertos, debe considerar verdaderamente los intereses de la sociedad local para evitar la implantación de proyectos no deseados.”
De acuerdo a Guillermina Fernández y Aldo Guzmán Ramos, (2005, Julio 14), la ruta turística, “es un itinerario que permite reconocer y disfrutar de forma organizada del patrimonio cultural (en el medio urbano o rural), como expresión de la identidad cultural de la región. La organización de rutas turísticas a partir del patrimonio cultural permite: consolidar la cultura productiva regional, dinamizar las economías regionales y locales, sensibilizar y concientizar de la importancia del patrimonio cultural para recuperar la identidad de los pueblos, incorporar a los grandes circuitos nacionales otros circuitos turísticos localizados en espacios marginados, preservar el patrimonio cultural y dar a conocer formas de vida, condiciones de trabajo, procesos técnicos-productivos, actuales y pasados, construcciones arquitectónicas, restos arqueológicos, huellas de los pueblos aborígenes, etc., promover el desarrollo productivo local a partir de un Plan Estratégico para el patrimonio cultural y su valoración turística".
Teniendo en claro esta diferenciación conceptual, podemos entonces desarrollar la identificación y clasificación de los conjuntos de bienes seriados, los paisajes culturales e itinerarios culturales y rutas turísticas presentes en Venezuela como una contribución para su reconocimiento y valoración, en miras a la evaluación de su estado de conservación, con el fin de estimular el establecimiento de políticas para su protección y revitalización a nivel nacional.
1.- CONJUNTOS DE BIENES SERIADOS:
En redes seriadas de bienes culturales en Venezuela, podemos señalar como más relevantes las siguientes:
A.- SERIES DE BIENES DE ORIGEN ECONÓMICO:
A.1.- Producción y extracción de materias primas:
Entre las redes de bienes vinculados a los principales rubros de producción del país a través de su historia podemos destacar:
a.- Conjunto o Serie de haciendas de Cacao:
Conformado por el conjunto de haciendas, en tanto unidades de producción que formaron la base principal de la economía en la Colonia, y que se localizaron principalmente en el borde del piedemonte Andino -Costero del país.
b.- Conjunto o Serie de haciendas de Café:
Siendo el segundo rubro de la economía durante la Colonia, su importancia se mantuvo incólume hasta las primeras décadas del siglo XX, cuando el petróleo desplazó la economía agrícola. Se localizan igualmente en el eje Andino-Costero.
c.- Conjunto o Serie de Haciendas de la Caña de Azúcar:
Fue otro importante rubro de producción agrícola, que ocupó la economía nacional, fundamentalmente a partir del siglo XVIII, cuya localización geográfica tiende a coincidir con la de las anteriores.
A.2.- Comercialización:
a.- Conjunto o Serie de puertos del periodo colonial: Vinculado a los rubros de producción, los puertos y con ellos los centros poblados vinculados a estos es otra importante red de bienes culturales que pueden ser vistas como un conjunto seriado.
B.- SERIES DE BIENES DE ORIGEN RELIGIOSO:
B.1.- Conjunto o Serie de Iglesias catedrales del periodo colonial:
Corresponde a las iglesias principales de las ciudades capitales de los estados. En su mayoría se encuentran protegidas por la Declaratoria de Monumento Histórico Nacional que resguarda como conjunto a todas las iglesias construidas en el territorio venezolano hasta antes de 1830.
B.2.- Conjunto o Serie de Iglesias de las Misiones de los Capuchinos:
El legado cultural de las misiones, al igual que en el resto del continente fue de importancia trascendental para la difusión del catolicismo y la colonización territorial. En Venezuela, la impronta de las diferentes congregaciones de los Capuchinos, tanto los Aragoneses, como los Catalanes y Andaluces, fueron responsables del levantamiento de una importante lista de pueblos de misión al Centro, Oriente y Sur del país respectivamente, y con ellos las iglesias que levantaron como testimonio de su influencia cultural.
B.3.- Conjunto o Serie de Iglesias del periodo republicano:
Durante el periodo republicano se sumaron a las anteriores un importante número de edificaciones religiosas, que adoptaron el repertorio del historicismo decimonónico, nutriendo el patrimonio cultural venezolano con iglesias de lenguaje neoclásico, neogótico o de tendencia ecléctica, en cuya realización se manifiesta la huella de arquitectos como Juan Hurtado Manrique, Alberto Lutowski, Alejandro Chataing, Manuel Mujica Millán, entre otros.
B.4.- Conjunto o Serie de Cementerios:
Venezuela cuenta con una importante lista de cementerios de valor patrimonial reconocidos a nivel internacional y que puede sumarse a la red de cementerios latinoamericanos. Entre estos podemos destacar el Cementerio General del Sur en Caracas (1876), el Cementerio Centurión en Ciudad Bolívar (1824), el Cementerio Judío en Coro (1832), el Cementerio Protestante o de Los Ingleses en la Guaira (1853), conjuntos, que en su mayoría claman por el desarrollo de políticas para su mantenimiento y musealización, en tanto muchos han perdido vigencia utilitaria para nuevos enterramientos, y debido a su data decimonónica tienden a caer en el desuso. (Dieter, 2000)
C.- SERIES DE ORIGEN POLÍTICO-CULTURAL:
C.1.- Conjunto o Serie de fortificaciones coloniales:
Es sin duda alguna una importante riqueza patrimonial con la que cuenta el país, debido a su ubicación estratégica como puerta de entrada desde el Mar Caribe o frente de Suramérica, lo que propició durante el periodo Colonial la construcción de un sistema fortificado que se enlazaba al resto de los países del Caribe. Las fortificaciones emplazadas al Sureste, en Santo Tomé de Guayana vigilantes del curso del Río Orinoco materializada en los fuertes San Francisco de Asís y San Diego de Alcalá; o ya en la costa del Caribe, de Este a Oeste la de la Isla de Cubagua, la fortificación San Antonio de la Eminencia en Cumaná, la Fortaleza de Santiago de León de Araya, vigía de las Salinas de Araya, la batería Santa Rosa en La Asunción y de San Carlos Borromeo en Pampatar, ambas en la Isla Margarita; El Fuerte El Vigía en La Guaira, El Fortín Solano y el Castillo San Felipe en Puerto Cabello y finalmente el Fuerte San Carlos de la Barra en Maracaibo son todos parte de ese sistema.
C.2.- Conjunto o Serie de los Monumentos Bolivarianos:
Formada por los inmuebles y escenarios de la gesta del Libertador Simón Bolívar, serie que ha estado en custodia del Ministerio de Interior y Justicia desde 1910, en el marco del I Centenario de la Independencia y que aglutina la Casa Natal del libertador, la Cuadra de Bolívar, el Ingenio Bolívar en San Mateo, el Museo Bolivariano, y el Panteón Nacional, a los cuales se podrían sumar otros inmuebles recuperados recientemente dentro de las actividades del Segundo Centenario de la Independencia, como son la llamada Casa del Vínculo de Bolívar o Mayorazgo de los Aristigueta, que heredara el Libertador por el vínculo sucesorial de su tío, el Pbro. Aristigueta.
C.3.- Conjunto o Serie de las Plazas Bolívar:
Esta red constituye una singularidad en Venezuela, ya que todas las plazas mayores de los pueblos y ciudades, tanto las de origen colonial, como las que se fundaron desde el siglo XIX, cambiaron de nombre para rendir culto al Libertador y se remodelaron emplazando efigies de Simón Bolívar en su centro, siendo en ello pionera la de la Ciudad de Angostura en el estrecho del Orinoco, actual Ciudad Bolívar, y más tarde la de la capital, Caracas, siendo la más grande del país la de la ciudad de Maracay, capital del Estado Aragua, proyectada en 1930, por el Arquitecto Carlos Raúl Villanueva.
C.4.- Conjunto o Serie de los Teatros Republicanos:
Una singularidad vinculada a los cambios de los modos de vida del siglo XIX, influenciado por el referente de París y en particular el Teatro de la Opera de Charles Garnier, dio lugar a la planificación y construcción de teatros en las principales ciudades del país, en particular las que eran escenario de transformaciones urbanas e insertas en el concierto comercial con Europa y Estados Unidos. Así se erigieron el Teatro Municipal de Caracas (1881) y el Teatro Nacional de Venezuela (1905), el Teatro Municipal de Valencia (1879-1894), el Teatro Municipal de Puerto Cabello (1898), el Teatro Cajigal en Barcelona (1895), el Teatro Juárez en Barquisimeto (1905), y el Teatro Baralt (1883) en Maracaibo.
C.5.- Conjunto o Serie de los Palacios de Gobierno:
A la par de los teatros, fue otro de los temas significativos adoptados para rubricar las intervenciones urbanas entre finales del XIX y comienzos del siglo XX de las principales ciudades del país, dejando como legado al patrimonio cultural de la nación una importante lista de edificaciones marcadas por el historicismo decimonónico, el neo hispanismo que lo sucedió y hasta algunos signos de art decó en los de factura ulterior. Podemos destacar así el Palacio de Gobernación y Justicia de Caracas (1906), proyectado por el arquitecto Alejandro Chataing, el edificio de la Gobernación del Distrito Federal, actual sede del Gobierno Capital (1933-1935) del arquitecto Gustavo Wallis, el edificio de la Gobernación del Estado Zulia (1840-1841), proyectado por el arquitecto Olegario Meneses, el Palacio de Gobierno del Estado Táchira (1920), proyectado por el arquitecto Luis Eduardo Chataing, el del Estado Guárico proyectado por profesionales del Ministerio de Obras Públicas (1933), y el del Estado Mérida (1956-1958) proyectado por Manuel Mujica Millán.
C.6.- Serie de edificios iconográficos de la arquitectura moderna:
La etapa petrolera marcó un viraje absoluto en la economía venezolana y con esta las ciudades y su arquitectura. El impulso de la utilidad generada por el petróleo desembocó en una vertiginosa transformación de sus principales ciudades y con ellas la incorporación del lenguaje moderno, legando una arquitectura de grandes cualidades que fusionaron los preceptos de la modernidad a nuestro clima y raíces culturales. Así se gestaron conjuntos de vivienda obrera, grupos escolares, centros hospitalarios, edificios político-administrativos y sedes corporativas, entre otros temas, que otorgaron a las ciudades una nueva faz de progreso.
C.7.- Serie de la arquitectura de Carlos Raúl Villanueva:
Dentro del apartado anterior merece destacarse separadamente por su calidad y por su trayectoria internacional, la obra conjunta del Arquitecto Carlos Raúl Villanueva, autor de la Ciudad Universitaria de Caracas, Patrimonio Mundial desde el año 2000, pero a quien también se debe un importante grupo de obras que se extienden desde la década de 1930, hasta 1970. Entre ellas podemos citar de su primera etapa, aún marcada por el academicismo, las sedes del Museo de Bellas Artes (1939) y el Museo de Ciencias (1939) en Caracas, La Plaza de Toros La Maestranza en Maracay (1933), el Hotel Jardín, actual Palacio de la Gobernación del Estado Aragua (1930), la Reurbanización de El Silencio (1939-1945), que marca la transición entre lo académico y el racionalismo moderno en su obra, el desarrollo del Plan Cerro Piloto (1954) y el Conjunto de la Unidad Residencial del 23 de Enero, 2 de Diciembre en sus orígenes (1955-1957), de clara analogía con el modelo de la unidad Habitacional de Marsella de Le Corbusier; el Museo Jesús Soto (1973) en Ciudad Bolívar y la ampliación del Museo de Bellas Artes (1968-1977), sus últimas obras que se delinean entre el purismo de la modernidad y el lenguaje brutalista.
2.- PAISAJES CULTURALES:
Inmersos e imbricados en muchos de los itinerarios culturales, podemos identificar varios paisajes culturales. De acuerdo a la clasificación establecida por la Convención de Patrimonio Mundial de paisajes culturales, estos se clasifican en paisajes creados por el hombre, paisaje cultural asociativo y paisaje orgánicamente desarrollado.
A.- PAISAJE DISEÑADO Y CREADO INTENCIONALMENTE POR EL HOMBRE:
Teniendo como primera categoría los paisajes que han sido producto de la actuación del hombre, bien por diseño o planificación directa mediante proyecto, o bien producto de su praxis empírica destinada al usufructo armónico y de dialogo con el medio ambiente, podemos incluir dentro de esta, algunos paisajes culturales urbanos resultantes de una inserción armónica de la arquitectura en el medio ambiente preexistente. Así podemos destacar los paisajes proyectados por el hombre siguientes:
A.1.- Parques:
a.- Parque El Calvario, actualmente Parque Ezequiel Zamora, e inicialmente llamado Paseo Guzmán Blanco y luego Paseo Independencia: proyectado por los Ingenieros Luciano Urdaneta y Eudoro Urdaneta en 1883, aglutinó las obras para el Acueducto de Caracas con las del primer parque urbano de la ciudad, fusionando rasgos del jardín francés con el jardín inglés para adaptarse a la colina que remataba al Oeste la Caracas Colonial.
b.- Parque Los Caobos: se inaugura en el año de 1920 con el nombre de Parque Sucre en honor al héroe nacional Mariscal Antonio José de Sucre en los terrenos de la antigua hacienda “”La Industrial” propiedad de Don José Mosquera. Posteriormente en 1937 el Concejo Municipal le cambia el nombre por el de Los Caobos, siendo reformado entre 1960 y 1968 según proyecto del arquitecto José Miguel Galia.
c.- Parque del Este de Caracas, actual Parque Francisco de Miranda, (1961) proyectado por el arquitecto paisajista brasilero Roberto Burle Marx, con la participación de los paisajistas venezolanos Fernando Tabora y John Stoddart, es un excelente ejemplo de paisajismo signado por las formas de la modernidad fusionadas a las condiciones y especies del trópico.
d.- Parque de la Exótica Flora Tropical, ubicado en las instalaciones de lo que fuera la Misión de capuchinos Nuestra Señora del Carmen, Estado Yaracuy. Es un jardín botánico, ubicado en la Carretera Panamericana a pocos kilómetros de la ciudad de San Felipe, cuyo diseño inicial se atribuye al botánico paisajista Jean Phillipe Thoze, quien trabajó partiendo de la antigua plantación de cacao de la Misión de los Capuchinos.
e.- Parque La Isla en la ciudad de Mérida, Estado Mérida construido por la Corporación de Los Andes entre los años 1967 y 1968. Posee una pequeña concha acústica y tribunas, cafetín, canchas de tenis, orquidiario, las instalaciones del Museo de Apicultura y la Sala Febres Cordero, donde se encuentran toda la colección de obras de Don Tulio Febres Cordero.
A.2.- Paseos:
a.- Conjunto urbano de La Nacionalidad - Paseo Los Próceres de Caracas (1951-1957) proyectado por el arquitecto Luis Malaussena como un Paseo-boulevard de diseño academicista que enlazó peatonalmente la Ciudad Universitaria de Caracas con el conjunto de la Academia Militar y la Escuela de Suboficiales en un intento simbólico de enlazar el mundo civil con el mundo militar.
b.- Conjunto Paseo Vargas - Centro Simón Bolívar: concebido sobre el eje urbano del trazado vehicular de la Avenida Bolívar y el Centro Simón Bolívar, su fundamento se estableció en el Plan Metropolitano para Caracas de 1938-1939, llamado comúnmente Plan Rotival, debido a la participación del Urbanista francés Maurice Rotival. A partir de este plan se trazó la avenida Bolívar y el Centro Simón Bolívar en 1952 y en 1983, se desarrolló el Proyecto del Paseo Vargas consolidando el trazado, pero humanizándolo mediante la incorporación de senderos peatonales, áreas verdes y equipamiento edilicio de servicios, sedes político-administrativas y culturales.
B.- PAISAJE ORGÁNICAMENTE DESARROLLADO:
Dentro de la segunda categoría se contemplan los paisajes generados progresivamente en el tiempo por la actuación del hombre sobre el medio natural para su supervivencia, generando además de transformaciones sobre los elementos naturales, la incorporación de estructuras o componentes edilicios que lo enriquecen. Estos pueden a su vez ser fósiles o relictos, es decir, que ya no están operativos, o por el contrario pueden estar activos y en constante evolución.
B.1.- Paisajes Relictos:
Dentro de la categoría de paisajes relictos podemos mencionar en Venezuela los siguientes casos:
a.- El paisaje de las terracerías andinas, generado por las culturas Timoto-cuicas para desarrollar cultivos en las zonas alto-andinas.
b.- El paisaje de las torres extractoras de Petróleo del Lago de Maracaibo, cuyo perfil en forma de bosque de torres fuera de uso, constituye un paisaje definitivamente emblemático para la Venezuela del siglo XX y la historia contemporánea del país.
B.2.- Paisajes activos o evolutivos, orgánicamente desarrollados:
Dentro de la categoría de paisajes culturales activos, orgánicamente desarrollados o evolutivos, podemos destacar varias sub-clasificaciones derivadas del objeto que los ha generado. Así tenemos unos de orden adaptativo a las condiciones medio ambientales originarias de los lugares, a sus ecosistemas, los cuales indujeron al hombre a adaptar sus formas de vida para lograr la supervivencia a estos, generando como consecuencia de ello culturas de gran singularidad.
B.2.1. Paisajes derivados de la supervivencia y adaptación al medio ambiente:
a.- Paisaje lacustre: en la Laguna de Sinamaica, en el Estado Zulia, generado por la ocupación palafítica de la laguna a lo largo del tiempo, por la cultura de los Añu, etnia de origen Arawac.
b.- Paisaje de estuario: ejemplificado en el Delta del Orinoco, territorio de la etnia de los Warao, en el Estado Delta Amacuro, quienes también desarrollaron un tipo de ocupación sobre los meandros y canales de desagüe del Río Orinoco en su desembocadura hacia el Océano Atlántico.
c.- Paisaje de archipiélago: cuyo mejor ejemplo lo tenemos en el Archipiélago de Los Roques, que forma parte del Estado Vargas. Es singular en este medio la extracción del botuto y la presencia de yacimientos de alfarería prehispánica, de origen Caribe que tiene vínculos de afiliación con la Cultura de los Taínos del Caribe Norte.
d.- Paisaje de páramo: localizado en los Andes Venezolanos, en los Estados Trujillo, Mérida y Táchira, testifican los modos de ocupación sobre la cordillera andina, obteniendo sus principales fuentes de subsistencia de los cultivos en ladera y de la ganadería pastoral, asociado al levantamiento de centros poblados con un gran dominio de la versatilidad adaptativa al medio natural.
e.- Paisaje de desierto: establecido en la región de los Médanos de Coro y la Península de Paraguaná, como un ejemplo notable de paisaje xerófito, en el cual se logró una simbiosis adaptativa a las excepcionales condiciones climáticas del lugar caracterizada por la presencia de altas temperaturas y vientos cambiantes de gran velocidad.
f.- Paisaje de llanura: Otro paisaje de gran singularidad y que connota buena parte de nuestra geografía, es el paisaje de llanura en el que tradicionalmente se ha desarrollado la agricultura de granos y frutales, compaginado con la actividad pecuaria. Dentro de la vasta superficie que ocupa este tipo de paisaje son de especial connotación los Esteros de Camaguán, localizados entre los Estados Barinas y Apure, al Suroeste del territorio Nacional, en los cuales se concentran grandes depósitos de agua en temporada de lluvias, generando un ecosistema caracterizado por la presencia de abundantes herbáceas, morichales, mamíferos y reptiles como el caimán, iguanas, entre otros.
B.2.2.- Paisajes derivados de la producción agrícola:
La agricultura en los diferentes rubros de la producción nacional generó paisajes culturales de gran singularidad, vinculados a los grupos étnicos y sociales que los impulsó. Así podemos resaltar:
a.- Paisaje del cacao y la cultura de los cumbes: teniendo como ejemplos de gran valor los representados como unidades de producción de cacao el Pueblo de Chuao, ubicado en el Estado Aragua o el Paisaje de Birongo, emplazado en Barlovento. Estado Miranda.
b.- Paisaje del café: cuyo principal escenario se localiza en el piedemonte de la Cordillera Andina en los pueblos de los estados Mérida y Trujillo, predominantemente. Podemos destacar así el Pueblo de Santa Cruz de Mora en el Estado Mérida, y en particular el caso de la Hacienda La Victoria, o los pueblos de Boconó y Carache en Trujillo.
c.- Paisaje de la caña de azúcar: uno de los más importantes escenarios de este rubro se localizaba al sur de la Vega del Río Guaire en Caracas, teniendo en las Haciendas La Vega y Montalbán, importantes testimonios de lo que significó esta actividad entre el siglo XVIII y el XIX. Sin embargo, como paisaje activo sigue vigente en los pueblos de El Consejo, La Victoria y San Mateo, ubicados en el Estado Aragua, donde el cultivo y procesamiento de la caña de azúcar sigue siendo parte vital de su actividad económica.
d.- Paisaje de los maizales: uno de los rubros alimentarios principales de Venezuela desde la Colonia, lo constituye el maíz. Si bien no tuvo cuantitativamente el peso del cacao o el café, es sin embargo uno de los cultivos que más peso ha tenido en la alimentación del venezolano, en conjunto con el arroz. Los cultivos de maíz en los llanos, en particular en los Estados Portuguesa y Apure, representan otro de los paisajes de gran raigambre en nuestro medio. Las siembras en las riberas del Río Apure constituye uno de los más connotados.
e.- Paisaje de los arrozales: A la par del maíz, es otro de los rubros que han moldeado el paisaje venezolano, aportando una gran influencia en la configuración de nuestro medio natural, asociado a la presencia de importantes fuentes de agua. Las siembras de arroz en los estados Guárico y Portuguesa conforman uno de los paisajes más característicos de los llanos venezolanos.
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f.- Paisaje vinícola: un paisaje de reciente conformación en Venezuela lo constituye el paisaje vinícola, emprendido en el estado Lara, en las últimas décadas del siglo XX, como una iniciativa experimental que resultó exitosa. Localizados en los viñedos de la hacienda Altagracia y las Bodegas Pomar representa un paisaje muy particular que se ha convertido en una atracción cultural con gran potencial turístico.
g.- Paisaje de tabaco: es un paisaje de gran singularidad radicado en los llanos centrales, al sur de los Estados Guárico y Barinas principalmente. Un caso emblemático son las siembras entre los pueblos del Sur del estado Guárico, como Lezama, Altagracia de Orituco.
B.2.3.- Paisajes derivados de la extracción minera:
a.- Paisaje de la sal: Dentro de la actividad minera una de las extracciones que se remonta al periodo colonial es la de sal que en las Salinas de Araya, en la Península de Araya, Estado Sucre tuvo su principal emporio. Tan importante fue su explotación que obligó a los españoles entre 1622 y 1625 a levantar una fortificación para contrarrestar el ataque de los ingleses y holandeses que demandaban el mineral para los procesos de conservación alimenticia empleada en aquella época.
b.- Paisaje minero del oro: En el siglo XIX se materializó la idea del mito del Dorado al Sur del país, con el descubrimiento en 1849 de los yacimientos del río Yuruari en Guayana, desencadenándose una de las fiebres de oro más representativas de los tiempos modernos hacia los yacimientos auríferos de El Callao. El proceso de extracción del mineral y el contingente humano multiétnico formado por grupos de venezolanos, españoles, africanos, ingleses, y franceses que exploraron la zona, fundaron la ciudad alrededor de 1853. De ahí, la variedad lingüística y gastronómica del lugar, que evidencia la herencia cultural vigente en las poblaciones que se desarrollaron en su derredor y dieron lugar a un paisaje cultural de gran singularidad en el que se fusionaron referentes foráneos de la arquitectura antillana a las raíces culturales propias.
c.- Paisaje minero-industrial del hierro – aluminio y la Siderúrgica: uno de los paisajes que connota la Venezuela contemporánea es sin duda alguna, además del paisaje generado por la actividad petrolera, el paisaje de la minería y la siderúrgica, forjada con la explotación de hierro y aluminio, y el posterior procesamiento de ambos metales. Así podemos destacar el paisaje del Cerro Bolívar como proveedor de hierro y de los Pijiguaos, como fuente provisoria de aluminio, ambos en el estado Bolívar, complementado por el paisaje industrial de la siderúrgica, formado por las instalaciones para la fundición y reelaboración en piezas y perfiles de ambos metales.
d.- Paisaje para el manejo del agua y la generación de energía: Otro paisaje vinculado a la imagen futurista es el paisaje cultural conformado por el conjunto de represas hidroeléctricas formadas en el estado Bolívar para la explotación de las inmensas reservas hídricas existentes y su aprovechamiento para la generación de energía. La Represa del Guri fue planificada en la década de los 1950 sobre el curso del Río Caroní por la Corporación Venezolana de Fomento e iniciada su construcción a mediados de la década de 1960, teniendo como ente responsable a la empresa CVG Electrificación del Caroní EDELCA. Esta central hidroeléctrica es la segunda más grande de América, pudiendo considerarse la primera entre las que se encuentran en un solo país. (Corporación Venezolana de Guayana, 1986). Otras represas localizada en el mismo estado son el conjunto de las Represas de Las Macagua I, II y III desarrollada la primera entre 1956 y 1961, y entre 1996 y 1997 las otras dos. (Electrification del Caroní CA., 2011).
C.- PAISAJES CULTURALES ASOCIATIVOS:
Dentro de la categoría de paisaje cultural asociativo es fundamental mencionar los paisajes míticos adoptados como escenarios habitables y a su vez lugares sagrados por las etnias aborígenes del país, las cuales siguen vigentes en las creencias de sus habitantes primigenios.
a.- El conjunto de los Tepuys en el Parque Nacional Canaima ubicado en el Estado Bolívar. Compuestas principalmente por areniscas, son geológicamente las estructuras emergidas más antiguas del planeta, provenientes del precámbrico, con unos cuatro mil millones de años de antigüedad. Estos forman parte del Parque Nacional Canaima, inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial en 1994. El parque es hogar de los indígenas Pemones, quienes tienen una relación mítica con los tepuys, a los que consideran el hogar de los espíritus "Mawari". La palabra tepuy proviene precisamente de una voz del idioma pemón, que significa montaña, aunque algunas fuentes la traducen como morada de los dioses. Merecen destacarse dentro del conjunto el Monte Roraima-tepuy y el Auyantepuy, este último por contener el Salto Ángel, la cascada más alta del mundo.
b.- El Monumento Natural Cerro Autana localizado en el Estado Amazonas. Siendo otro tepuy, que forma parte de las formaciones del macizo Guayanés, es un testimonio de la relación de la montaña con las creencias de los indígenas de la zona, los cuales la han asumido como montaña sagrada, que representa el árbol de la vida.
c.- Monumento Natural de Sorte. Otro paisaje cultural asociativo a mitos es el de la montaña de Sorte en el Estado Yaracuy, vinculado al culto de la Diosa María Lionza.
3.- RUTAS E ITINERARIOS CULTURALES:
En cuanto a rutas e itinerarios culturales así como rutas turísticas basadas en el aprovechamiento del patrimonio cultural en Venezuela, que en determinados casos se solapan con los itinerarios culturales, se pueden señalar los siguientes:
A.- ITINERARIOS DE ORIGEN ECONÓMICO:
Una singularidad que presenta Venezuela en relación a sus itinerarios culturales derivados de las actividades económico-comerciales es la existencia de varias rutas o trayectos paralelos pero de longitudes reducidas y desarrolladas en dirección Norte Sur principalmente. Esto se explica por las condiciones geográficas de su orografía y las circunstancias históricas de la atomizada división político territorial primigenia que dieron origen al actual territorio de la República de Venezuela.
Respecto a las condiciones geográficas, la presencia del cordón montañoso de la cordillera de la Costa al Norte del país, la cual se extiende como un borde o barrera paralela al litoral y luego su prolongación al Oeste con la Cordillera Andina, constituyó una muralla natural para la penetración tierra adentro, propiciando en vez de un largo camino, la generación de trayectos cortos transversales que enlazaban los puntos internos de producción con los puertos apostados a lo largo de la costa, atravesando en consecuencia la cordillera.
Respecto a las condiciones históricas, derivadas de la división político territorial en la Colonia, también se encuentran en ella causales para la conformación de múltiples itinerarios de escasa longitud, en oportunidades segregados o dispersos entre sí. La actual República de Venezuela es producto de la fusión de territorios que pertenecían a seis diferentes provincias: Por un lado las provincias de Margarita (1525), Venezuela (1528) y Nueva Andalucía, luego Cumaná (1568) al centro y oriente del país actual dependieron política y administrativamente de la Real Audiencia de Santo Domingo desde sus respectivas creaciones hasta 1786. Por otro lado, las provincias de Trinidad (1532, consolidada en 1591), Guayana o Angostura (1530) y de La Grita, más tarde de Mérida y Maracaibo, (1570) al Nor-oriente, Sur y Suroccidente respectivamente dependieron de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá igualmente hasta 1786. (Pilo, Daniel. 1997).
Las seis provincias que se organizaron en el siglo XVI tuvieron vida histórica individual a lo largo del XVII y solo se vinieron a fusionar en el siglo XVIII en 1777 para dar lugar a la Capitanía General de Venezuela, que poco más o menos corresponde al territorio actual de la República. En 1786 con la creación de la Real Audiencia de Caracas se logró consolidar desde el punto de vista jurídico y político-administrativo, la reforma territorial emprendida en 1777. Esta atomización o dispersión de provincias originarias con realidades geográficas, socioeconómicas y político administrativas diferentes explica la razón por la que se establecieron múltiples itinerarios para el intercambio comercial vinculando de forma inmediata los centros de producción a los centros poblados y estos con las ciudades portuarias, y a través de caminos que perseguían resolver de forma inmediata y breve el vínculo entre los núcleos de producción y los de comercialización, para de estos relacionarse a su vez con las sedes administrativas de las cuales dependían: Santo Domingo al Norte, o Santa Fe de Bogotá al occidente.
Como consecuencia tenemos múltiples caminos reales, los que luego en el siglo XVIII, al generarse la Capitanía General de Venezuela, en tiempos de Carlos III, tendieron a consolidarse y a prolongarse, tratando de resolver una integración que no vino a materializarse sino hasta fines del siglo XIX, a través de los caminos de hierro.
A.1.- Rutas e Itinerarios vinculados a la producción de materias primas:
Dentro del ámbito económico se destacan básicamente tres rutas asociadas a los principales rubros de producción agrícola que dominaron la economía del país en el periodo colonial y hasta las dos primeras décadas del siglo XX, las cuales se han promovido en años recientes como proyectos e instrumentos para motorizar tanto la actividad turística, como el rescate de la producción agrícola en sí misma. Según destaca Roberto Romanelli (2010, marzo 27) estas “rutas turísticas orientadas a promover los productos agrícolas, las tradiciones culturales y el medio-ambiente se han desarrollado en Venezuela, por iniciativa de organizaciones civiles y empresas privadas… Las rutas de cacao, del café y del ron, en ese marco, se suman cada vez con más fuerza, a los destinos turísticos en playas y selva.”
a.- Ruta del Cacao:
El cacao venezolano ocupó el primer lugar de exportación entre 1600 y 1820. Los primeros datos sobre el cacao en Venezuela se remontan a finales de 1600, en los que se refiere al cacao como un producto generado en Mérida y exportado a España, extendiéndose después a las costas de Aragua, Barlovento y Sucre, aunque existen datos de que en Sucre también existía a la llegada de los españoles.
La producción del cacao en Venezuela y su comercialización siguió varios itinerarios, localizados en las distintas regiones de la geografía, lo cual tiene sus raíces en las condiciones geo-históricas explicadas al inicio de este apartado, por lo que la Ruta del Cacao, recoge al menos cuatro itinerarios vinculados a la cultura de la producción y comercialización de este producto. Estos diferentes itinerarios están asociados a su vez con las variantes del cacao, destacando en su toponimia los nombres de los lugares y en algunos casos de los puertos o destinos finales de exportación a través de los cuales se vinculaban con el mercado internacional y a la Ruta Intercontinental.
Por tanto, podemos discriminar, los itinerarios del cacao venezolano en Occidente, Sur Occidente, Centro Norte y Oriente de acuerdo a los datos de la Cámara Venezolana del Cacao, CAPEC.
El itinerario del cacao en la región Occidental del país vinculaba las poblaciones de los estados Mérida y Zulia, siendo las más importantes, en términos cuantitativos y cualitativos las de Mérida, que van desde El Vigía hasta Tucani, siendo este último el núcleo de mayor producción. El cacao que se producía en este sector era de tipo criollo, conociéndose bajo la denominación de origen como Cacao Maracaibo o Sur del Lago ya que este era el puerto de despacho. Respecto a los sitios de producción en Zulia, tenemos las variedades de cacao Criollo más famosas como el Porcelana y el Guasare. (Cámara Venezolana del Cacao “CAPEC”, 1995).
En el Sur-occidente el itinerario se extiende por los estados Barinas y Apure, que enlazaba las poblaciones de Barinitas, Obispos y Ciudad Bolivia, en los cuales se cultivaba principalmente la variante de cacao Trinitario, con las denominaciones Cacao Barinas en Barinas y Cacao La Victoria en Apure. La ruta generada en estos puntos concluía en Puerto Nutrias en Barinas, desde donde se comercializaba aguas abajo hacia el río Orinoco y de aquí a Las Antillas y Europa.
En el centro Norte del país se desarrolló un tercer itinerario concentrado en el Estado Aragua, el cual cruza la Selva Nublada del Parque Nacional Henri Pittier y vincula los pueblos de Chuao y Choroní por un lado, teniendo como punto terminal de la ruta Puerto Colombia y Ocumare, Cuyagua, y Ocumare de la Costa por otro, siendo esta última población el otro puerto de distribución. Las poblaciones de mayor producción son Cumboto y La Trilla, siendo Ocumare el punto donde se ubica la Central de Beneficio, lugar donde se fermenta y seca el cacao de los diferentes productores. Estos sitios localizados en valles adentrados en la Cordillera de la Costa producían cacao Criollo y Trinitario. Chuao produjo cacao desde principios del siglo XVI y Choroní desde el siglo XVII. Ocumare por su lado produjo desde 1600. La actividad productiva aun vigente, ha dado origen a los cacaos de calidades Chuao, Choroní y Ocumare, respectivamente, siendo particularmente acreditado el cacao de Chuao, por sus especiales cualidades aromáticas.
Otro itinerario de la región central del país es el localizado en el estado Miranda, al oriente de la capital de la República y que se focaliza en la región de Barlovento, siendo surcada por el Río Tuy. Esta ruta hilvana las poblaciones de Caucagua, Panaquire, El Clavo, El Guapo, Rio Chico y Carenero, siendo este último pueblo el punto terminal y el puerto que servía de distribución por lo que le da nombre al cacao producido en este itinerario. Existen 2 tipos comerciales de cacao en Barlovento; Carenero Superior es el cacao fermentado y Carenero Natural el cacao no fermentado.
El último itinerario es el localizado en el Estado Sucre, específicamente en el territorio de la Península de Paria que enlazaba Rio Caribe y los pueblos aledaños a este tales como Yaguaraparo, Irapa, Güiria y El Pilar. El cacao producido es principalmente del tipo no fermentado y la variedad de cacao cultivado es Trinitario, cuya denominación de origen se conoce como cacao Rio Caribe.
Pese a la disminución en la producción del cacao venezolano después del auge de la explotación petrolera, la calidad del producto ha mantenido su prestigio en el mercado mundial y ocupa las mejores posiciones dentro de las clasificaciones comerciales. En busca de rescatar la producción del cacao venezolano, el Estado trabaja en la vitalización de la Ruta del Cacao, ya como proyecto de desarrollo, basado en un plan agrícola para el rescate y promoción de la producción del rubro en el país. Esta ruta agrupa los itinerarios culturales, que conforman a su vez las principales zonas productoras de cacao en Venezuela como son los estados Barinas, Zulia, Carabobo, Aragua, Miranda, Anzoátegui y Sucre.
El Proyecto de La Ruta del Cacao integra a los diversos grupos de agricultores, de profesionales y de trabajadores especialistas en el cultivo y en el procesamiento del cacao; los grupos locales encargados de procesar las semillas constituidos por empresas y por cooperativas; los centros de cada región encargados de procesar el cacao y de obtener el producto con el cual se hace el chocolate; las empresas que fabrican el chocolate en distintas formas, tanto las grandes industrias como las pequeñas y medianas empresas que han conservado procesos artesanales; los organismos científicos especializados que han desarrollado estudios sobre abonos naturales, métodos biológicos para el control de las plagas y para la conservación y mejoramiento de las variedades del cacao del país.
b.- Ruta del Café:
Por su lado también destaca la Ruta del Café. Se cree que fue el misionero José Gumilla, autor de El Orinoco Ilustrado y Defendido, quien introdujo y sembró las primeras semillas de café en terrenos de las misiones jesuíticas en el año 1730. Fue más tarde, por los años 1783 cuando se hizo la primera plantación de café en los jardines de la aldea de Chacao cercana a Caracas, en la célebre Hacienda la Floresta y en Blandín, propiedad de don Bartolomé Blandín. Fueron los presbíteros Palacios y García de Mohedano quienes en compañía de don Bartolomé Blandín fundaron la primera plantación organizada de café en Venezuela. (Alimentos CDF, 2008).
Al igual que ocurrió con el cacao, el cultivo del café también dio lugar a varios itinerarios culturales, uno localizado en el occidente del país, atravesando los estados andinos de Táchira, Mérida y Trujillo, extendiéndose desde las estribaciones de la cordillera andina hacia los llanos a los estados Barinas y Portuguesa, y hacia la Costa, a los estados Lara y Yaracuy. El otro en Oriente, en los estados Monagas y Sucre.
Biscucuy, en el municipio Sucre del estado Portuguesa, es el primer productor nacional de café con una extensión aproximada de 16.000 hectáreas y una producción de 110.000 quintales de café. (Alimentos CDF, 2008). Este es seguido por las poblaciones de Rubio (Edo. Táchira), Santa Cruz de Mora y Jají (Mérida), Boconó (Estado Trujillo), Guárico (Edo. Lara), Chabasquén y Ospino (Estado Portuguesa) Calderas (Estado Barinas). Los dos itinerarios remataban, el de Occidente en el Puerto de Maracaibo y el de Oriente en los Puertos de Carúpano y Güiria.
Dentro del itinerario del café del lado occidental merece destacarse en la localidad de Santa Cruz de Mora el rescate de la Hacienda La Victoria, habilitada en años recientes como Museo del Café. Conserva las instalaciones originales relacionadas a la recolección, transformación, distribución y comercialización del café.
c.- Ruta de la caña de azúcar y el Ron:
La Caña de Azúcar es el tercer cultivo tradicional de Venezuela, que se introdujo en el siglo XVI y se extendió en los siglos XVII y XVIII, llegando a competir en los rubros del cacao y café. Su procesamiento a nivel de centrales azucareros data de los años 40 del siglo XX, así como el inicio de la modernización e industrialización de este sector.
Este cultivo repite en localización la diversificación de los itinerarios culturales que ocuparon el cacao y el café. Está distribuido en casi todas las zonas agrícolas del país principalmente en los valles alineados al pie de la cordillera andina: Táchira, Trujillo, Barinas, Portuguesa, Zulia y Lara al Occidente, los valles de la cordillera de la costa en los estados Yaracuy, Carabobo, Aragua, Miranda al Centro Norte, y finalmente el estado Sucre en el oriente.
La cultura de la caña de azúcar está estrechamente vinculada a la producción del ron, licor alcohólico destilado, obtenido del jugo o de la melaza de la caña. Se origina de la dilución del alcohol obtenido de la destilación de los mostos fermentados de caña de azúcar y sus derivados.
Una de las haciendas emblemáticas de la ruta es la Hacienda Santa Teresa, la más antigua de las productoras de Ron de Venezuela, situada en el Consejo, estado Aragua y fundada en 1796 por el Conde de Tovar y Blanco. Esta se convirtió en la cuna del ron venezolano en 1830 gracias a la iniciativa del alemán Gustav Julius Vollmer. (Roberto Romanelli, 2010). Posee una de las bodegas privadas más antiguas del país, que llevó, gracias a su prestigio, a que el Ron Santa Teresa recibiera la denominación de origen Ron de Venezuela en 2004. Dentro de las instalaciones de la hacienda un pequeño tren ofrece un viaje histórico-industrial, para conocer la historia de la empresa, las áreas de destilería, envasado, procesamiento, llenado y vaciado de barriles de la bebida, concluyendo con una cata de ron.
Dentro de la Ruta del ron, también en los Valles de Aragua, se localiza la hacienda e Ingenio de los Bolívar, que fuera propiedad de Simón El Mozo, el primer antepasado Bolívar del Libertador Simón Bolívar que llegara a tierras venezolanas, y que fuera heredada por sus descendientes, llegando en el siglo XVIII a robustecerse de la mano de Juan Vicente Bolívar, padre del Libertador. Estuvo en manos de la familia desde el siglo XVI hasta finales del XIX. El área del trapiche desde 1983 fue restaurada y readecuada como Museo de la Caña de Azúcar.
d.- Ruta del Petróleo:
El petróleo es emblema de la economía mundial contemporánea. Desde 1922 se convirtió en el principal motor que impulsó la economía venezolana, desplazando la actividad agrícola. En el Estado Zulia, se concentró históricamente la actividad, aunque luego se fue extendiendo a otras regiones, como Falcón y los estados orientales de Anzoátegui y Monagas, dando lugar a un itinerario posterior.
La Ruta del petróleo en el estado Zulia integra los pozos de extracción, en particular los de Lagunillas, municipio poseedor de 60% de la producción petrolera del estado y primera zona productora del país en el cual se encuentra el más impresionante bosque de torres de perforación, constituido por aproximadamente 14 mil pozos. En este municipio se encuentra la sede del Museo Petrolero de la costa oriental del lago de Maracaibo. A su vez se incluyen los campamentos residenciales cuyo trazado y arquitectura fueron introducidos por las empresas transnacionales, los monumentos a los pozos Zumaque I (1914) y Barroso II (1922), los primeros en reventar en Venezuela, el complejo petroquímico El Tablazo segundo en el país, compuesto por 13 plantas procesadoras, y una de las terminales petroleras más amplias del hemisferio occidental. Incluye el Lago de Maracaibo y el Puente General Rafael Urdaneta que constituyen el sistema estratégico de comunicación directa con el mar Caribe y el resto del país. El itinerario concluye en el Puerto Miranda, desde donde se embarca todo el crudo producido en la zona. En él pueden atracar, simultáneamente, cuatro buques de gran calado y tanqueros de hasta 140 mil toneladas de capacidad carguera.
A.2.- Rutas e Itinerarios vinculados al intercambio comercial:
Entre Los itinerarios de comercialización más importantes podemos mencionar los caminos reales del periodo colonial, que producto de la atomización de provincias, fueron varios en Venezuela, desarrollados principalmente en sentido Norte Sur para integrar las ciudades localizadas tierra adentro, con sus respectivos puertos de abastecimiento y exportación. Así tenemos el Camino Real llamado Camino de los Españoles entre Caracas y su Puerto de la Guaira, el Camino Real entre Valencia del Rey y los puertos de Borburata y Puerto Cabello; el Camino Real que comunicaba las ciudades y pueblos de los estados Táchira, Mérida y Trujillo, con el Puerto de Maracaibo, el camino Real entre Coro y su Puerto Real La Vela de Coro, el camino Real entre la ciudad de Maturín en el Estado Monagas y el Puerto de Cumana, que atravesaba San Antonio de Capayacuar y el Cerro Los Caballos (Rondón, Edgar, 1994).
a.- Camino Real de “los Españoles” entre Caracas y el Puerto de La Guaira:
El camino que enlazaba la Ciudad de Caracas con el Puerto de la Guaira fue hasta finales del siglo XIX, la ruta comercial para el abastecimiento y comunicación de la capital con el Viejo Mundo. Su importancia determinó la construcción de un sistema fortificado desde el litoral hasta la capital y en su trayecto se construyeron posadas, capillas de oración, fincas, fuentes, algunas de cuyas estructuras aún se conservan, destacando el Fortín La Cumbre, camino y ruinas del Fortín El Salto, el Fortín El Vigía, la Batería Mapurite, entre otros.
b.- Camino Real de “los Españoles” entre Valencia y Puerto Cabello:
El camino que enlazaba la Ciudad de Valencia del Rey con Puerto Cabello al igual que el de Caracas, fue hasta finales del siglo XIX, la ruta comercial para el abastecimiento y comunicación de ella con la costa central del país y sus puertos de Borburata y Puerto Cabello. Sobre su trayecto que atraviesa tres tipos de ecosistema: de costa, selva nublada y llanura, se construyeron calzadas empedradas, puentes como el llamado Puente de Los Españoles (1807), muros, etc. El trayecto acompaña al Río Borburata y franquea el Parque Nacional San Esteban, cuyo entorno de selva nublada es a su vez una reserva natural que se convirtió en el XIX, en el lugar para temperar de las familias acaudaladas de la ciudad, levantándose en sus predios diversas casonas de lenguaje ecléctico.
c.- La Ruta Comercial del Orinoco-Apure:
Uno de los itinerarios comerciales más emblemáticos de la Venezuela Republicana fue el Eje del Río Orinoco – Barinas, que se extendía desde el Puerto de Nutrias, Estado Barinas pasando por San Fernando de Apure, hasta Angostura (actual Ciudad Bolívar) y de allí continuaba hasta la Isla de Trinidad para luego partir a Europa y Estados Unidos.
Los rubros de la sarrapia, caucho y las plumas de garza, altamente cotizadas en los gustos y moda europea del XIX justificaron el auge económico y la transferencia cultural a través de las casas comerciales de origen alemán, corso e italiano que se instalaron en estas ciudades. Los nombres de Blohm, Boccardo, Grillet, entre otros, están vinculados a la memoria histórica de los puertos que enlazaba este itinerario.
B.- RUTAS E ITINERARIOS CULTURALES DE ORIGEN IDEOLÓGICO-RELIGIOSO.
Otro tema que originó itinerarios y manifestaciones culturales en nuestro país cuya vigencia se conserva hasta el presente y con una devoción creciente es el relativo a las creencias religiosas en algunas advocaciones marianas y en figuras venerables como la del médico trujillano, Dr. José Gregorio Hernández, a quien se le atribuyen actos milagrosos.
a.- Ruta de la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela:
La Aparición de la Virgen al Cacique de los Cospes, el indio Coromoto, diciéndole en su propia lengua: "Vayan a casa de los blancos y pídanles que les eche el agua en la cabeza para poder ir al cielo", en territorio próximo a la Ciudad de Guanare el 8 de septiembre de 1652, después de la fundación de la ciudad, dejando estampada su imagen en un pergamino, dio origen a la Devoción de la Virgen de Coromoto. Fue declarada Patrona de Venezuela en 1950 por el Papa Pío XII. La veneración a su imagen genera a lo largo del año permanentes peregrinaciones que parten desde el Centro del país a la Quebrada de la Virgen donde se levantó un templo en su honor entre 1980 y 1993, el cual fuera bendecido por el Papa Juan Pablo II. (Santuario de la Virgen de Coromoto, s/f).
b.- Ruta de la Virgen del Valle:
Los milagros de la Virgen del Valle, otra advocación mariana de profunda devoción, sobre todo en el Oriente del país, cuyo santuario se encuentra en la Isla de Margarita, es otra de las rutas que atrae a miles de devotos a acudir a su valle el 8 de septiembre de todos los años, desde diversas zonas del país. Esta tradición data de 1530 cuando los españoles la traen a Margarita desde la vecina Isla de Cubagua, luego del ciclón que azotó esa isla en 1542. La construcción de una primigenia ermita y luego, a fines del XIX de la iglesia actual en el Valle del Espíritu Santo, convirtió el lugar en un centro de peregrinación de especial importancia en Venezuela, y con él uno de los principales atractivos turístico-religiosos de la isla. Es patrona de los pescadores y navegantes del Oriente del País.
c.- Ruta de La Divina Pastora:
Otra advocación mariana de gran trascendencia cultural es la de la Divina Pastora en Barquisimeto, Estado Lara. El inicio de su veneración se remonta al año de 1736, cuando el párroco del pueblo de Santa Rosa encargó la factura de una estatua de la Inmaculada Concepción, pero debido a un error, en lugar de la Inmaculada, la imagen que llegó fue la imagen de la Divina Pastora, cuya silueta ya era venerada en Andalucía, España. De inmediato el párroco quiso devolverla, pero a pesar de los intentos, no pudieron remover el cajón donde habían colocado la imagen. A partir de este momento la población interpretó el suceso como señal de que la imagen quería quedarse entre ellos.
Posteriores hechos milagrosos consolidaron la fe en sus poderes milagrosos, como el haber quedado intacta durante el terremoto de 1812, y haber acabado con una epidemia de cólera que estaba diezmando a Barquisimeto el 14 de enero de 1855, ante la petición del sacerdote Macario Yépez, Párroco de la Iglesia la Concepción afectado por la enfermedad, quien le solicitó ser el último que muriera por la enfermedad, petición que fue concedida. Es por esto que en recuerdo de ese hecho, los 14 de enero de todos los años se traslada, en una procesión multitudinaria y fervorosa, la Divina Pastora desde su iglesia en el pueblo de Santa Rosa a la ciudad de Barquisimeto, itinerario que tiene una connotación cultural de gran convocatoria anual a propios y extranjeros que de forma multitudinaria recorren este trayecto. (Suárez, M. Matilde y Bethencourt, C. 1996)
d.- Ruta al pueblo natal del Dr. José Gregorio Hernández:
Los milagros atribuidos al Dr. José Gregorio Hernández, médico y científico venezolano, solidario con los más necesitados, desde su muerte en 1919, acaecida de forma trágica al ser arrollado por uno de los primeros vehículos automotores de Caracas, han generado una devoción permanente de peregrinos hacia su ciudad natal en Isnotú, Estado Trujillo, en los andes venezolanos. Su culto ha sustentado la postulación para su beatificación y canonización ante el Vaticano, logrando en el año 1986 que el papa Juan Pablo II lo declarara "venerable". Ha generando a través de los años la construcción de edificaciones e infraestructura para acoger año tras año los contingentes de feligreses que acuden a cumplir promesas o simplemente al conocimiento de su pueblo natal, a lo largo del trayecto desde Caracas. Del 22 al 28 de octubre de cada año, Isnotú se convierte en uno de los centros de peregrinación más concurridos del país.
C.- ITINERARIOS CULTURALES DE ORIGEN HISTÓRICO SOCIO-POLÍTICO.
Las diferentes etapas y episodios de nuestra historia nos fueron legando trayectos con connotaciones culturales, algunos de los cuales constituyen hasta el presente potenciales temas propuestos y líneas de investigación, más que proyectos factibles puestos en ejecución.
a.- Itinerarios de las etnias aborígenes de Venezuela.
La gran mayoría de las etnias venezolanas eran errantes en sus orígenes y aunque tendieron a hacerse sedentarias, abrieron trochas y senderos, emprendiendo rutas de penetración en el territorio para lograr su subsistencia, algunas de las cuales fueron reutilizadas por los conquistadores hispanos. Una tarea de investigación por profundizar es la precisión de estos itinerarios que siguieron en su proceso evolutivo las etnias venezolanas y la relación de estos con los emplazamientos que actualmente ocupan.
Estos grupos aborígenes se distribuyeron en las diferentes regiones del territorio venezolano, adaptándose a sus ecosistemas. Agrupados de acuerdo a las afiliaciones lingüísticas y localizaciones podemos enumerar las etnias aún presentes en: Los Arawak que agrupa a los Guajiros o Wayuu, Paraujano o Añú, Baré o Balé, Kurripako o Kúrrim, Baniva o Banibas, Piapoko o Tsase y Warekena o Guarequena, La etnia de los Caribe que reúne a los Pemón, Kariña, Yukpa, Yekuana o Maquiritare, Panare o E'ñepa, Akawayo y Yavarana; La etnia de los Warao o Guaraúnos; la etnia de los Yanoamama que agrupa a los Yanomami y a los Sanima; la etnia de los Guajibo o Hiwi; la etnia de los Piaroa o Wotuha; la etnia de los Yaruro o Pumé y la etnia de los Chibcha que reúne a los Barí, los Puinave y Jodi. (Fundación Causa Amerindia Kiwxi, 2002).
b.- Ruta del sistema fortificado en Venezuela:
Debido a la posición estratégica de Venezuela como puerta de entrada a Suramérica, y a su extensión de costas, formó parte del sistema fortificado del Caribe y de la ruta transcontinental. Este sistema se extiende desde el Estado Zulia al Oeste hasta el Estado Bolívar al Sureste, pasando por los estados Falcón, Carabobo, Aragua, Vargas-Capital, Miranda, Anzoátegui, Sucre, Nueva Esparta y Delta Amacuro. Esta red de fortificaciones estableció un itinerario de comunicaciones, fuerzas y relevos, entre unos sitios estratégicos y otros, que a su vez se vinculaba con el resto del Caribe.
c.- Itinerario de los pueblos de misión:
Otros itinerarios relevantes fueron los trayectos de penetración que siguieron las campañas de conquista y colonización emprendidos por las Misiones de los Capuchinos Aragoneses en el Nororiente del país, los Capuchinos Andaluces en los Llanos de Caracas, las de los Capuchinos Catalanes en los estados Bolívar y Amazonas, así como las de los Jesuitas, también en esta región Sur del país, dejando a su paso un legado construido y urbanístico cuya impronta persiste hasta el presente.
d.- Itinerario de la red portuaria:
Otro itinerario, iniciado en la Colonia y consolidado durante el siglo XIX fue el que vinculaba por vía fluvial y marítima los puertos del país, partiendo de Puerto Nutrias al suroeste, enlazando con el puerto de Ciudad Bolívar en la Angostura del Orinoco para luego conectar con los puertos marítimos que flanqueaban la costa Norte destacando Güiria, Carúpano, Barcelona, Puerto de La Cruz, Carenero, La Guaira, Puerto Cabello, La Vela y Maracaibo.
e.- Itinerario de los caminos de Hierro:
Trayecto emblemático como principal obra decimonónica que promovió la integración territorial del interior del país entre los principales centros poblados. En ocasiones acompañaron a los trazados de los caminos reales, en otros siguieron rutas alternas que salvaran menores accidentes geográficos. Fueron emblemáticos los itinerarios del Gran Ferrocarril de Venezuela, también llamado Ferrocarril Alemán que enlazaba Caracas con el occidente a las poblaciones de Los Teques, Maracay, Valencia, Puerto Cabello y Barquisimeto y el del Ferrocarril Central de Venezuela que enlazaría Caracas con oriente a los pueblos de Petare, Santa Lucía, San Francisco de Yare y Ocumare del Tuy.
4.- RUTAS TURISTICAS:
Dentro de las rutas turísticas debemos enunciar aquellas ensambladas como proyectos para el estímulo al turismo, sobre la base de hechos o episodios históricos aislados, es decir que no tuvieron continuidad en el tiempo. Aún cuando estas no constituyen como tal un itinerario cultural en tanto son producto de recorridos realizados por personajes motivados por causas científicas, sociopolíticas u otras, son también de interés para la conservación del patrimonio cultural y natural. Podemos destacar entre las más significativas:
A.- RUTAS TURÍSTICAS DE ORIGEN HISTÓRICO SOCIO-POLÍTICO.
a.- Ruta de la Campaña Admirable de Bolívar:
La Campaña Admirable que promovió Simón Bolívar, partió el 14 de mayo de 1813 desde San José de Cúcuta (Colombia) hasta llegar a su destino final, Caracas, el 6 de agosto de ese mismo año, con lo cual se recuperó el control patriota y se instaló la Segunda República. El recorrido de Bolívar siguió los estados Táchira (San Cristóbal), Mérida (Mérida), Trujillo (Trujillo), Barinas (Barinas), Portuguesa, Cojedes (San Carlos), para luego continuar a Carabobo (Valencia), Aragua (La Victoria) y finalmente la capital de la República, Caracas.
Una iniciativa por valorar este itinerario con fines educativos está siendo llevada a cabo por el voluntariado social del Instituto Nacional de la Juventud. Aun cuando es una propuesta reciente, como ruta turístico educacional y aun no tiene suficiente fortaleza, es pionera en cuanto a la importancia de este hecho histórico en el contexto del Bicentenario de la Independencia, que debería ser reforzada en mayor amplitud con fines de orden turístico.
b.- Ruta de la Campaña de Oriente:
A la par de la Campaña Admirable, la Campaña de Oriente de 1813, fue la acción militar emprendida por los jefes independentistas con la cual se logró la liberación del Oriente de Venezuela. Tras la victoria de los realistas y el fin de la Primera República de Venezuela muchos patriotas habían emigrado hacia las Antillas, y un grupo en particular a la isla de Trinidad desde donde planearon una ofensiva a tierra firme para liberar el oriente venezolano.
De Trinidad pasaron hacia el islote de Chacachare donde en una asamblea Santiago Mariño fue nombrado jefe de la expedición. Tras realizar los preparativos los orientales se embarcan en una goleta y zarpan hacia tierra firme, cruzan las Bocas del Dragón y desembarcan en la península de Paria. Asaltaron Güiria, y de allí en dirección a Cumaná tomando Irapa en el camino el 15 de ese mes. El hermano de Bermúdez, José Bernardo, dirigió una columna hacia el sur tomando Maturín el 2 de febrero. El 3 de agosto Mariño entra a Cumaná y el 19 a Barcelona, sellando así el triunfo de la campaña.
B.- RUTAS TURÍSTICAS SOBRE RECORRIDOS DE ORIGEN CIENTÍFICO.
Rutas turísticas cuyos orígenes se remontan a motivos científicos y culturales son varias, aunque las de mayor significación son las que persiguen el seguimiento y reconstrucción del itinerario que llevara a cabo el Barón alemán Alexander Freiherr von Humboldt con Aimé Bonpland desde Caracas y Cumaná al interior del país, o la desarrollada por Jean Chaffanjon, con el pintor Auguste Morisot hacia las fuentes del Río Orinoco.
a.- La Ruta de Humboldt en Venezuela:
El Barón de origen alemán Alejandro Humboldt, visitó el territorio venezolano entre 1802. Producto de su periplo legó la valiosa obra Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente, en el cual describió nuestras costumbres, además de la flora, fauna y geología, entre otros países latinoamericanos.
El itinerario de Humboldt y Bonpland se inició en Cumaná en el oriente de Venezuela el 16 de julio de 1799. Desde allí recorrieron la península de Araya, el valle de Caripe, la cueva del Guácharo y las misiones de los Capuchinos en el Valle de Cumanacoa, tales como San Lorenzo, San Fernando y Aricagua, entre otras. De allí partieron hacia La Guaira y de esta emprendieron marcha hacia Caracas. Ya instalados, exploraron los alrededores de la ciudad y el Cerro el Ávila. Luego partieron hacia los valles del Tuy y Aragua, pasando por Antímano, La Victoria, Turmero, Maracay, Valencia, Guacara, Las Trincheras y Puerto Cabello. Desde allí se dirigieron a los llanos centrales cruzando por Calabozo y San Fernando de Atabapo y siguieron hacia la Guayana venezolana, recorriendo los pueblos de misión hasta llegar a San Carlos de Río Negro. Exploraron el río Orinoco, sus afluentes y el brazo Casiquiare afluente que comunica los ríos Orinoco y Amazonas. Visitaron Angostura (actual Ciudad Bolívar) y desde allí se dirigieron por El Pao a Barcelona y luego a Cumaná donde concluyeron el recorrido por el territorio venezolano. (Veracoechea de Castillo, 1998).
La ruta que siguieron ha dado lugar a múltiples experiencias que parcial o totalmente la han tratado de reproducir para impulsar el conocimiento de nuestra geografía y rasgos culturales, en miras a la explotación turístico-cultural de sus paisajes y edificaciones.
b.- La Ruta de Jean Chaffanjon en Venezuela:
El naturalista y explorador Jean Chaffanjon partió en 1884 por encargo del Ministerio de Instrucción Pública francés hacia el río Orinoco hasta la desembocadura del Meta, y el río Caura hasta la confluencia del Erebato. Entre los años 1886 y 1887, exploró la Guayana venezolana y el Territorio Federal Amazonas, acompañado por el pintor Auguste Morisot, contratado para la expedición. A través de esta descubrieron las fuentes del río Orinoco, lo que en 1887 Chaffanjon presentó oficialmente ante la Sociedad Francesa de Geografía en París en un informe del descubrimiento de las fuentes del río Orinoco, a pesar de que el hecho fuera desvirtuado en 1951 por una expedición franco-venezolana.
La expedición partió de Ciudad Bolívar rumbo a Caicara, donde les esperó otra embarcación que los llevó a San Fernando de Atabapo. Durante la expedición, Morisot pintó 450 trabajos entre dibujos, acuarelas, óleos y bocetos a lápiz. De igual modo confeccionó un herbario de 164 plantas, 377 impresiones y 67 fotografías. Aparte de este trabajo de rigor científico realizó bocetos y dibujos de los lugares visitados. Constituye por tanto un itinerario que se solapa al del río en sí mismo como trayecto comercial. (Yusti, 2009)
CONCLUSIONES:
- En Venezuela existen grandes potencialidades para el desarrollo endógeno y sustentable, a partir del reconocimiento de itinerarios histórico-culturales por un lado, así como temas para la configuración de rutas turísticas por otro, vinculadas a itinerarios culturales originarios, redes o conjuntos de bienes culturales seriados y paisajes culturales, relacionados con las actividades económicas del país, el devenir histórico asociado a la gesta y obra de los héroes de la independencia y el patrimonio edificado que ha connotado las diferentes etapas de nuestra historia. A esto se suman, los valores escénicos de los paisajes naturales y culturales, asociados a su vez o articulados a estos itinerarios culturales.
- Tanto los bienes seriados, como los paisajes culturales y los itinerarios culturales en Venezuela aun son planteamientos vinculados más al plano teórico, constituyendo líneas de investigación por desarrollar, aún cuando comienza a tenerse plena conciencia de su significación y valoración práctica en miras a propiciar el desarrollo sustentable de las localidades que incluyen.
- Algunos casos están siendo considerados en las políticas de estado en miras a lograr el desarrollo endógeno de la nación, en particular los asociados a los rubros de producción agrícola, aunque aun no aglutinan a la totalidad de los actores de las regiones que puede beneficiar.
- Salvo contadas excepciones, se estructuran a nivel teórico o de proyecto, pero en el ámbito de la praxis, constituyen experiencias atomizadas donde las iniciativas privadas aprovechan sus potenciales para establecer planes turísticos, pero que no terminan de ensamblarse de manera coordinada en la definición de planes integrales de desarrollo.
- A pesar de ello, el caso venezolano exhibe un gran potencial de temas por profundizar y desarrollar, vinculado a sus singulares condiciones paisajísticas y climáticas, al reunir seis tipos de paisaje: playa, desierto, selva, llanos, montaña y urbanos. Constituyen verdaderos instrumentos que podrían favorecer la diversificación de la economía, para cambiar la faz mono-productora que ha acompañado al país desde su origen y contribuir, como dijo nuestro ilustre escritor, Arturo Uslar Pietri a Sembrar el Petróleo……
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