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domingo, 17 de abril de 2022

18 de abril de 2022: Día Internacional de los Monumentos y Sitios: Patrimonio y Clima. Venezuela y el Cambio Climático


Autores: 

María Carlota Ibáñez, Ileana Vásquez, Francisco Pérez Gallego


El Día Internacional de los Monumentos y Sitios se celebra desde 1983, desde que el 18 de abril de 1982, la directiva del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios – ICOMOS, reunida en Hammamet y coincidiendo con el Coloquio organizado por el Comité Nacional de ICOMOS de Túnez,  decidiera instituirlo para conmemorar cada año, a nivel mundial, un tópico como oportunidad para despertar la conciencia del público sobre la diversidad del patrimonio mundial y difundir los esfuerzos que se requieren para su protección y conservación, en pro de superar su vulnerabilidad. La propuesta fue planteada por el Comité Ejecutivo de ICOMOS a la UNESCO y aprobada por la Conferencia General de este organismo en su 22ª Sesión, en noviembre de 1983.

Este año, 2022 será dedicado al tema “Patrimonio y Clima”. El lema representa una oportunidad para resaltar la incidencia que ha tenido en el caso venezolano.  Venezuela se encuentra localizada en la franja intertropical, por lo cual disfruta de un clima tropical, mayormente cálido y lluvioso, determinado por su latitud, con diversas variantes climáticas asociadas con sus distintos pisos térmicos, producto de la altura de sus regiones sobre el nivel del mar. Ello trae por consecuencia que disfrute desde climas de costa, llanura e incluso desierto a climas de montaña; templado, frío y gélido. Según la clasificación climática de Köppen y los tipos de vegetación, Venezuela presenta 12 variantes climáticas (Figura 1). Según el profesor de la Universidad de Los Andes Gustavo Adolfo Silva León (2010), el país reúne 37 variantes climáticas que van desde el muy cálido y seco, hasta el gélido poco lluvioso (1). 


Figura 1: "Mapa de climas en Venezuela". 
Fuente: Condiciones físicas de Venezuela y sus regiones [Blog].  

Dentro de ese amplio espectro de variantes, el cambio climático ha traído innumerables consecuencias en las diversas regiones del país. Si bien una revisión histórica permite apreciar que periódicamente ocurren sucesos que afectan o han afectado determinados ecosistemas de la geografía nacional, es un hecho que estos episodios se han vuelto recurrentes y en tiempos cada vez más cercanos. Valga la conmemoración este 18 de abril de 2022 para hacer una revisión de algunos de estos sucesos significativos los cuales han producido alteraciones en el patrimonio natural y cultural del país, en la región costera y en la región andina, en paisajes de costa, desierto y montaña. Siguiendo un orden cronológico de los eventos, en su mayor parte devenidos en tragedias, dado que junto con los daños al patrimonio natural y cultural acarreó la pérdida de vidas, podemos referir los siguientes:

Caso Ciudad Bolívar, la antigua Angostura

Uno de los casos pioneros que podemos citar es el de Ciudad Bolívar, fundada como Angostura, la nueva Santo Tomás de Guayana en la Angostura del Orinoco, el 22 de mayo de 1764, al sur del país. La ciudad se sitúa en la ribera sur del río Orinoco, por lo cual ha estado sometida a lo largo de su historia a las constantes oscilaciones de sus niveles máximos de agua. Se emplaza en el punto más angosto de su cauce, asociada con la geomorfología del lugar; de allí que se adoptara en sus orígenes el nombre de Angostura. Su devenir consuetudinariamente ha debido entablar una interacción con las fluctuaciones del caudal del río:

These imposing geological formation enters the river causing the singular narrowness of the channel, named “Angostura”, that only gets to reach 800 meters in the period of greater rainfall or “aguas altas”, in comparison with other sites where the river obtains a wide average up to 6 kilometers. Also the depth is particular in the site, which at times of maximum volume it can reach to the 100 meters, a condition that includes the Orinoco in a select list formed by the Yang-tse, Congo and Amazon rivers, all surpassing this mark . Those conditions -arisen rocks, narrowness, great depth- explain the origin of the turbulences formed in the environs and the existence of the site known as “Piedra del Medio” or “Piedra de Enmedio” (Middle Stone), right on the middle of the river current, and used since immemorial times by the former settlers like a empirical natural hydrometer (UNESCO, 2003).

Figura 2: Inundación de 1943. Fuente: Américo Fernández (2013)

Ello ha traído como consecuencia que, a lo largo del siglo XX, tuviera que afrontar permanentes inundaciones, las cuales afectaron buena parte de su frente edificado. Este se encuentra constituido mayoritariamente por casas comerciales de dos a tres niveles, bordeadas por galerías porticadas construidas con columnas de hierro fundido y madera y cerramientos de paneles de madera y celosías, de arquitectura ecléctica. Dentro de estas destacan inmuebles como la Casa Blohm, Casalta-Battistini, Boccardo, Kouri, el hotel Caracas, entre otros. Si bien esto obligó a la construcción de muros y diques de contención en el núcleo central, para controlar la elevación del agua, los nuevos barrios que se fueron desarrollando como puerto Escondido, Rómulo Gallegos y Los Coquitos al este y El Zanjón y Perro Seco, al oeste, siguiendo la línea del río, continuaron siendo afectados por súbitos procesos de lluvia, algunos acaecidos fuera de la temporada característica que se extiende entre los meses de mayo y octubre.

Existen registros fotográficos de las inundaciones de los sectores centrales, en especial del paseo del Orinoco y calles aledañas de varias épocas del siglo XX (Figura 2). No obstante, los máximos históricos fueron registrados en agosto de 1943, cuando alcanzó los 18,03 msnm y el 4 de agosto de 1976, cuando ascendió hasta 18,04 msnm, “su nivel más elevado y que se mantuvo hasta dos días después”. En el evento de 1943, “el Orinoco comenzó a penetrar en la ciudad el 26 de julio y el ocho de agosto la situación era catastrófica”. Según palabras del bachiller Ernesto Sifontes, compiladas por el cronista de Ciudad Bolívar:

La gran catástrofe llegó inesperadamente esta madrugada a las 3 horas, pues el río socavando el terreno por debajo de la pared de defensa que hay en la Quinta Valeri, determinó un volcán de agua incontenible que a las nueve de la mañana formaba un gran chorro de ocho metros de ancho que atravesaba la calle y caía sobre la Laguna. Ninguna defensa fue posible ante la imponente catarata que a la hora dicha había derrumbado varias casas que se encontraban en su camino. Es probable que dentro de 48 horas las aguas, entre la Laguna y el Río, se hayan nivelado y el desastre entonces será colosal, igual al registrado en 1892, en que las aguas llegaron por El Porvenir hasta la esquina de la casa de los Aristiguieta situada frente al Cine Mundial” (Fernández, 2013).

Esto se refrendó en la misma época en 1976. La alarma volvió a reiterarse más recientemente en 2018, cuando los barrios de Perro Seco, La Toma y El Mereyal, así como las áreas bajas del Paseo del Orinoco, comenzaron a verse inundados progresivamente (Valverde, 2018) y de nuevo en agosto de 2021 (Figura 3), cuando se vieron afectados el sector El Edén y La Toma, en la parroquia Catedral (Siverio, 2021).

Cabe destacar, que Ciudad Bolívar fue inscrita en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial en 2003 (UNESCO, 2003). Posteriormente se emprendió el desarrollo del expediente para su postulación definitiva en la Lista de Patrimonio Mundial, debido a sus innumerables valores como ciudad fundada en el periodo colonial, bajo los preceptos de la Ilustración, además de haber sido sede de la Tercera República, desde donde el Libertador Simón Bolívar propusiera la unidad de América en su celebre discurso dictado dentro del Congreso de Angostura, instalado  entre febrero de 1819 y julio de 1821. 


Figura 3: La Cruz del Perdón durante las inundaciones. Fuente: Noticiero Venevisión 

Caso sector El Limón, estado Aragua

Otra de las alteraciones importantes en materia de patrimonio cultural y natural cómo consecuencia del cambio climático, fue el episodio de lluvias acaecido en la zona de El Limón en el estado Aragua, el cual trajo consigo no solo la destrucción de varias localidades tradicionales del estado, sino también numerosas defunciones de sus habitantes debido a las torrenciales lluvias sostenidas durante varios días, a partir del 6 de septiembre de 1987. Estas saturaron los suelos, generando la licuefacción de los cerros del Parque Nacional Henry Pittier, aunado al desbordamiento del río El Limón, cuyo caudal arrasó con las viviendas aledañas, sus riberas y las consecuentes pérdidas humanas de muchos de los habitantes del sector, así como de viajeros que se encontraban en tránsito en la carretera que conduce a las localidades de Choroní, Chuao y Ocumare de la Costa.  El suceso volvió a repetirse en el año 2020, cuando el 9 de septiembre, luego de un estruendo mayúsculo acaecido en la montaña se iniciaron de nuevo torrenciales lluvias que produjeron el desbordamiento de los ríos el Manguito y los Rauseo (Figura 4).

El episodio demuestra cómo el cambio climático va generando nuevos ciclos meteorológicos, rebasando los récords máximos de pluviosidad registrados en el tiempo, afectando el paisaje natural y el construido a lo largo del tiempo, en función de unas condiciones ambientales específicas conocidas. Es importante resaltar que Chuao, cuyo germen se remonta a la Hacienda de Chuao, dedicada al cultivo de cacao es uno de los bienes incluidos en la Lista Indicativa de Unesco en 2002 (UNESCO, 2002).

Figura 4: Impacto del desbordamiento del Río El Limón. Fuente: Agencias, en Faría Méndez (2020)

Caso cerro El Ávila, estado Vargas y Caracas

Uno de los casos más connotados fue el episodio de lluvias continuas y torrenciales, acaecido entre el 10 de diciembre y el 17 de diciembre del año 1999, en una época del año en que consuetudinariamente predominaba la sequía, lo cual denota el cambio climático acaecido en los ciclos de lluvia de la región central del país. Este hecho trajo consigo principalmente la destrucción de buena parte de las capas superficiales de la vertiente norte del cerro El Ávila, aunque también trajo consecuencias en su vertiente sur, afectando a algunas de las zonas pobladas del norte de Caracas, como consecuencia del desbordamiento de varias de las quebradas, particularmente Catuche, Las Brisas y Punceles. 

No obstante, en la vertiente del Ávila que desciende hacia la costa, en el estado Vargas, fue particularmente desbastadora la acción de la lluvia, que, sostenida de forma intensa y constante durante varios días, trajo consigo la licuefacción de la tierra, arrastrando grandes volúmenes de rocas y materia vegetal, que afectaron a varias localidades costeras. Dentro de estas, en unas predomina la vivienda tradicional de los periodos colonial y republicano, como son los casos de Carmen de Uria, Naiguatá, Caraballeda, Macuto y en particular La Guaira, la ciudad portuaria tradicionalmente unida a la capital del país (Figura 5)


Figura 5: Calles de La Guaira después del deslave. Fuente: Ileana Vásquez (2000)

De igual forma se vieron implicadas otras localidades de desarrollo más reciente donde predominan importantes testimonios de arquitectura moderna y contemporánea. Son los casos de Tanaguarena, Playa Caribe, Los Corales y Catia La Mar, entre las que se habían ido desarrollando balnearios y conjuntos residenciales y vacacionales, además de hoteles y posadas de arquitectura tan variopinta como villas del siglo XIX e inicios del siglo XX, así como importantes complejos hoteleros, algunos asociados a cadenas internacionales (Figura 6). Son de destacar entre estos el Hotel Guaicamacuto, asociado a la cadena Sheraton, bajo la denominación Macuto Sheraton, proyectado por el arquitecto Luis Malaussena o el Meliá Caribe, del arquitecto Carlos Gómez de Llarena. Ambos, seriamente afectados por la tragedia en su infraestructura, permanecen hasta el presente inactivos pese a algunas iniciativas fallidas para su recuperación.  

No obstante, tal vez lo más crítico fue el impacto acaecido sobre la arquitectura tradicional del periodo colonial y decimonónico en las localidades de La Guaira y Macuto. Ellas son particularmente valiosas en cuanto al patrimonio edificado. La primera fue el puerto natural de la capital de Venezuela, Caracas, fundado en el siglo XVI, el 29 de junio de 1589, como San Pedro de La Guaira. Está localidad había sido inscrita precisamente en el año 1999 dentro de la Lista Tentativa del Patrimonio Mundial de UNESCO como un poblado de valores connotados del periodo colonial, el cual se vinculaba además con el Camino Real de los Españoles, vía que comunicaba al puerto con la capital, Santiago de León de Caracas, a través de la montaña. En ella predominan edificaciones tradicionales de orden doméstico, pero también algunas de uso civil, religioso y militar de valor extraordinario tales como la casa de la Real Compañía Guipuzcoana de La Guaira, la catedral de San Pedro de La Guaira, la ermita del Carmen y el conjunto de fortificaciones que a través de tres siglos se fueron construyendo a lo largo del camino y sus adyacencias entre los siglos XVII y XVIII para garantizar la defensa de la ciudad de Caracas.

Figura 6: Zonas afectadas: Maiquetía, La Guaira, Punta de Mulatos,  Macuto,  El Cojo,  Camurí Chico, Los Corales,  Caraballeda,  Tanaguarena, Carmen de Uria. Fuente: Genatios, Carlos y Marianela Lafuente (2003). 

El camino se vio seriamente afectado, tanto en su trazado, como en algunas de las edificaciones y ruinas de las estructuras defensivas. En la fila central, además del depósito de la pólvora, los fuertes El Vigía, el hornabeque San Agustín y el llamado castillo San Carlos. En la fila oriental las baterías San Diego o del Carmen y el fuerte el Palomo y análogamente en la occidental, la más tardía batería Mapurite. En general se vieron agredidos al grado, de que lo que sobrevive de las que se conservaban en calidad de ruinas, como son los casos de San Agustín o el Carmen, son testigos dispersos. En la primera las bases de sus medio baluartes, en la segunda los restos del portal de acceso.

Figura 7: Panorama del estado de afectación del centro histórico de  La Guaira. 
Fuente: Ileana Vásquez (2000)

Todas estas edificaciones se vieron afectadas por la concentración de lluvia y la deposición de sedimentos, árboles y desechos arrastrados por las corrientes de agua y tierra, sostenidas durante varios días (Figuras 7 y 8). Particularmente perjudicada fue la arquitectura doméstica de La Guaira y sus calles tradicionales en las cuales muchas de las edificaciones, mayormente construidas con tapia, mampostería de piedra y ladrillo fueron arrasadas y sepultadas por la acumulación de sedimentos de forma masiva, arrastrando vehículos, enseres y demás objetos, cuyo volumen fue de tal magnitud que llegó a modificar el perfil y extensión de la ribera costeña. Esta se prolongó varios metros hacia el mar producto del acarreo de materiales. Según el profesor Carlos Monedero, ante la abrupta acumulación de agua varía súbitamente el equilibrio geológico del Ávila:

Resulta sorprendente el cambio brusco y repentino del comportamiento del geosistema ante un aporte adicional de agua que lo sobresatura, de forma tal que, luego de manifestar un funcionamiento susceptible de ser modelado, que lo hace altamente predecible, súbitamente se desestabiliza y reacciona con un grado de intensidad, violencia y magnitud desmedido, totalmente impredecible. Desestabilización que anula incluso la función protectora de la cobertura vegetal, cuya biomasa, es arrastrada por el agua, conjuntamente con el suelo (Monedero, 2006).


Figura 8: Calles del Centro Histórico de La Guaira. Fuente: Ileana Vásquez (2000)

Además de La Guaira, otra localidad que reúne un valioso patrimonio edificado y que se vio afectado fue el pueblo de Macuto. Aunque su origen también es colonial, este del siglo XVIII, del 24 de julio de 1740, entre el siglo XIX e inicios del siglo XX, se convirtió en la ciudad balneario por excelencia de Caracas. En ella se levantaron numerosas villas para temperar de arquitectura ecléctica y neo hispánica con influencias caribeñas, muchas de las cuales también se vieron seriamente deterioradas producto del trágico episodio. Fueron señalados los casos de la iglesia de Macuto, las casas de veraneo del expresidente Joaquín Crespo 1 y 2, la del también expresidente Ignacio Andrade, la casa Lacome-Ibarra, la casa Santana, Villa Paula, y la casona presidencial de la Guzmania. Esta perdió parte de sus estructuras básicas que databan del siglo XIX, construida por el presidente de la época, Antonio Guzmán Blanco. 

A estos valiosos ejemplos de arquitectura doméstica se suman el Hotel Miramar, de 1928, proyectado por el arquitecto Alejandro Chataing, estructura que hasta el presente se mantiene en estado de ruina parcial y el connotado Castillete, la celebre casa taller del pintor Armando Reverón, construida por el mismo con arquitectura de tierra. Este último había quedado tan afectado que debió ser sometido a un proceso de ambientación en años recientes, a partir de los planos y testigos que se habían conservado (Figuras 9 y 10) .  

Figura 9: Hotel Miramar en Macuto. Fuente: Francisco Pérez Gallego (2016)

Figura 10: Castillete de Armando Reverón en Macuto. Fuente: María Carlota Ibáñez (1989)

Este episodio del estado Vargas fue particularmente desbastador no solamente por los daños causados al patrimonio cultural edificado sino también, por la pérdida de numerosas vidas humanas, cuyos restos en muchos casos no llegaron a ser encontrados. Ello da signos de la evidente afectación que el cambio climático está generando en el contexto mundial y en este caso en el ámbito venezolano.

Caso Coro y su puerto La Vela

Otro caso, por demás célebre, fueron las inundaciones que sufrieron los centros poblados de Santa Ana de Coro y su Puerto La Vela, inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial en 1993 (UNESCO, 1993). Estos se vieron conmovidos igualmente por episodios exacerbados de lluvia en el año igualmente 1999 pero en ambos se repitieron de manera particularmente grave entre finales de 2004 y comienzos del año 2005 (UNESCO, 2005) y de nuevo, a finales de 2010. Este caso quizás un tanto más que los anteriores, manifiesta el cambio climático debido a que ambos centros poblados se encuentran ubicados en un característico paisaje cálido seco, dominado por vegetación xerófita, donde la lluvia era muy escasa y como consecuencia, en su paisaje natural próximo se localizan médanos o dunas, de características desérticas, acompañados de vegetación xerofítica. Estos recursos naturales, han sido empleados tradicionalmente en la construcción de sus edificaciones. De estos recursos naturales se deriva, por ejemplo, el uso de la penca del cactus para los sistemas constructivos de los techos, fibra llamada "tococoro". Se devela así el carácter singular de esta arquitectura, que además de su origen colonial e indígena presenta particulares matices asociados a la influencia flamenca que llegó a las costas del estado Falcón entre los siglos XVIII y XIX desde las cercanas islas de Aruba y Curazao, con las cuales se mantuvieron estrechos lazos.

El hecho es que el episodio de lluvias acaecido entre los meses de noviembre de 2004 y febrero del año 2005 (UNESCO, 2005) trajo consigo la acumulación de importantes niveles de agua en calles que no estaban preparadas para recibir tales caudales, tanto en su infraestructura originaria como en la adaptación que a través de los siglos más recientes se fueron emprendiendo para canalizar las aguas servidas, en particular en el centro donde la solución apenas recurría a sistemas de pendientes conducentes a unos escasos puntos localizados de recolección. El problema más grave es el hecho recurrente de estas lluvias en una ciudad particularmente seca. Coro carece de drenajes en su mayoría, precisamente porque se había levantado en un paisaje particularmente seco, donde estos no eran necesarios.


Figura 11: Situación de algunas edificaciones tradicionales de Coro después de las lluvias de 2010. 
Fuente: Francisco Pérez Gallego (2011)

Como consecuencia de estos sucesos, se vieron gravemente dañadas muchas casas tradicionales del centro histórico de Coro y de su puerto la Vela, en las cuales predomina la arquitectura de tierra como sistema constructivo, particularmente adobe y bahareque, otras menos de tapia, los cuales son vulnerables al contacto con el agua si se encuentran desprotegidos de revestimiento (Figura 11). Tal era la situación de muchas de las edificaciones que habían quedado abandonadas por sus propietarios originales y aún no habían encontrado un destino utilitario adecuado que garantizara su conservación sostenida en el tiempo. A causa de ello, muchas edificaciones de las áreas de amortiguamiento tanto de Coro como de La Vela  sufrieron el colapso tanto de sus cubiertas como de su estructura portante lo cual se ve agravado al quedar desprotegidas y vulnerables ante el vandalismo posterior. Además de la disgregación de los materiales y colapso de los elementos, los mayores niveles de humedad conllevan al aumento de volumen de los suelos compuestos de arcillas expansivas, lo que induce a grietas y otros desequilibrios estáticos en las estructuras. Asimismo favorecen la presencia de los dañinos insectos xilófagos que debilitan y destruyen la madera y otros componentes orgánicos de las edificaciones tradicionales.

Como medida de protección, tanto Coro como su puerto La Vela fueron inscritos en la Lista de Patrimonio en Peligro de la UNESCO en 2005, con el fin de encontrar una solución y reunir esfuerzos que garantizaran tanto la recuperación de los inmuebles afectados, como de la solución de los problemas causales de los daños acaecidos (Figuras 12 y 13). De acuerdo con los argumentos para su  suscripción:

A comparison of the state of conservation between the years 2002 and 2005 revealed a surprisingly high level of deterioration of the historical centre of Coro. The buildings that have the highest level of protection (national monuments and buildings with total protection) are the ones that were most affected by the recent rains (50 and 83 % respectively). As to La Vela, although no detailed assessment of the damages was available, the mission noted a marked deterioration as compared to 2002 and that more than a quarter of the buildings is in critical conditions (UNESCO, 2005).


Figura 12: Museo de Coro. Fuente: María Carlota Ibáñez (1989)

Esta situación se ha vuelto reiterativa ocurriendo nuevamente lluvias desmedidas en el mes de diciembre de 2010 lo cual agravó la degeneración de varias edificaciones tradicionales que se encontraban sin cubiertas o en proceso de restauración. Como consecuencia de ello fue necesaria la convocatoria de una misión de la UNESCO para evaluar los daños causados y constatar el nivel de afectación de estas, con el fin de buscar medidas concertadas y encontrar solución al problema. Esta señaló:

…In general, the property maintains its conditions of integrity and authenticity. However, several effects were evident as a result of environmental conditions and the nature of the subsurface soils that affect the property. These include water infiltration, loss of earthen surfaces, deformation and wall structures, fissures, cracks, collapses and cave-ins. It also indicated that although the drainage system had been completed, it was proved ineffective and insufficient during the heavy rains of 2010, which led to the central area of the city being flooded for several days (UNESCO, 2011).

En función de ello, el estado venezolano adoptó un conjunto de medidas, en primer término para la gestión de la situación de la emergencia y a mediano plazo para la restauración de las edificaciones emblemáticas, lo que se ha concretado en un importante número de casos. Dada la dimensión del problema, aún quedan edificaciones en las áreas de amortiguamiento por recuperar y conservar. Por ello, debemos reconocer que la verdadera causa se escapa del control humano de manera directa, dado que subyace en el cambio climático como promotor de la alteración de las condiciones naturales de una zona que era particularmente seca y dominada por vegetación xerófita. No obstante, podemos contribuir a paliar a mediano y largo plazo tales incidencias. Es una situación que debemos concienciar en todos sus aspectos y en todas sus consecuencias con el fin de, si no encontrar una solución definitiva, sí poder controlar sus consecuencias y sobre todo, vigilar los daños que este puede obrar sobre el patrimonio, tanto natural como cultural.


Figura 13: Casa de las ventanas de hierro después de las lluvias de 2010. 
Fuente: Francisco Pérez Gallego (2011)

Caso Valle del río Mocotíes Santa Cruz de Mara

Otra localidad que se vio igualmente afectada por los problemas de pluviosidad exacerbada y fuera de los ciclos de lluvia tradicionales fueron las localidades Santa Cruz de Mora y Tovar, emplazadas en el estado Mérida, en el valle del río Mocotíes. Este paraje se caracteriza por su clima templado y paisaje de cultivos cafetaleros, dominado por numerosas edificaciones tradicionales y casas de hacienda. El suceso fue consecuencia de la vaguada y deslizamientos de tierra suscitados entre el 11 y el 18 de febrero de 2005, fuera de la temporada normal de lluvias. El punto crítico fue el sitio donde convergen los conos de deyección de varias quebradas o torrentes, en particular en la confluencia de la quebrada Mejías en el río Mocotíes, al este de Santa Cruz de Mora (Radio Rescate, 2020).

Al igual que sucedió con los casos anteriores, en Santa Cruz de Mora y Tovar, además de otras poblaciones cercanas como La Playa, San Francisco y Zea, también se vieron afectadas importantes edificaciones de arquitectura tradicional preindustrial, así como el paisaje rural formado por los cultivos de café. Varias casas de Hacienda al igual que numerosas edificaciones tradicionales de los centros poblados próximos al río se vieron destruidas por la acción del agua y la acumulación de sedimentos arrastrados desde las montañas circundantes. La gravedad del episodio fue tal que tuvo implicaciones en la zona central de país afectado inclusive a zonas de Caracas y del estado Miranda, particularmente la población de Araira, que fue agredida en gran medida.  El evento se volvió a repetir el 24 de agosto de 2021 (Figura 14), reincidiendo con ello la pérdida de nuevas vidas humanas en las localidades de Santa Cruz de Mora y Tovar (Redacción@Cronicauno, 2021; Idrogo, 2021).


Figura 14: Calles tradicionales de Santa Cruz de Mora. 
Fuente: La Verdad de Monagas (2021, agosto 24)

Conclusiones

Aunque la naturaleza presenta ciclos climáticos recurrentes, el cambio climático es un hecho cada vez más notorio. La revisión de esta serie de casos connotados en el caso venezolano es solo una prueba local de las incidencias que este problema está generando con afectaciones sobre el patrimonio natural y cultural, así como el factor humano, que en definitiva está pagando en casos como estos con su vida, las consecuencias de una industrialización desmesurada, la transformación de los ecosistemas y la reducción de las reservas forestales e hídricas. Si bien es importante tomar conciencia, se debe fomentar la toma de medidas concretas de manera integral, ya que el asunto no concierne a un país en particular, sino al planeta de forma global y cada uno, desde su ámbito, debe contribuir en la asunción de soluciones en pro de la conservación tanto de los ecosistemas, como de los paisajes culturales que se han conformado a lo largo del devenir de cada estado o nación.

FUENTES

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FERNÁNDEZ, Américo (2013, 26 de julio) “La gran crecida del Orinoco”. En Cronología del Estado Bolívar. Consultado en http://cronologiadelestadobolivar.blogspot.com/2013/07/la-gran-crecida-del-orinoco.html

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IDROGO, Alvaro (2021, agosto 24) “Aumentan a 20 fallecidos por inundaciones en Mérida”. La Verdad de Monagas. Consultado en https://laverdaddemonagas.com/2021/08/24/aumentan-a-20-fallecidos-por-inundaciones-en-merida/

MÉRIDA DIGITAL (2018, febrero 11). “Vaguada de El Mocotíes: 13 años de dolor y tristeza”. Mérida Digital. Consultado en https://meridadigital.com.ve/2018/02/11/vaguada-de-el-mocoties-13-anos-de-dolor-y-tristeza-fotos/

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REDACCIÓN RUNRUNES (2014, diciembre 15).  “A 15 años del deslave, Vargas vive con las huellas de la tragedia (Videos)”. Runrunes [Página web]. Consultado en https://runrun.es/nacional/venezuela-2/176132/15-anos-del-deslave-vargas-vive-con-las-huellas-de-la-tragedia-videos/

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NOTAS

(1) Estos son, el clima muy cálido y seco, muy cálido y escasamente lluvioso, muy cálido y poco lluvioso, muy cálido y moderadamente lluvioso, muy cálido y lluvioso, muy cálido y muy lluvioso, muy cálido y pluvial, cálido y escasamente lluvioso, cálido y poco lluvioso, cálido y moderadamente lluvioso, cálido y lluvioso, cálido y muy lluvioso, cálido y pluvial, fresco y escasamente lluvioso, fresco y poco lluvioso, fresco y moderadamente lluvioso, fresco y lluvioso, fresco y muy lluvioso, fresco y pluvial, templado y escasamente lluvioso, templado y poco lluvioso, templado y moderadamente lluvioso, templado y lluvioso, templado y muy lluvioso, templado y pluvial,   frío y escasamente lluvioso,  frío y poco lluvioso,   frío y moderadamente lluvioso,   frío y lluvioso, frío y muy lluvioso,  frío y pluvial, muy frío y escasamente lluvioso,  muy frío y poco lluvioso, muy frío y moderadamente lluvioso, muy frío y lluvioso, gélido y escasamente lluvioso y gélido y poco lluvioso.