18 de abril de 2015: Día Internacional de los monumentos y sitios: 50º
Aniversario del ICOMOS
El Día Internacional de los Monumentos y Sitios se
celebra desde 1983. Su origen se remonta al 18 de abril de 1982, cuando la
reunión de la directiva del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios –
ICOMOS, coincidió en Hammamet con el Coloquio organizado por el Comité Nacional
de ICOMOS de Túnez. En esta ocasión se decidió instituir el Día Internacional
de los Monumentos y Sitios, con la idea de que se conmemorara anual y simultáneamente
en todo el mundo como una oportunidad para despertar la conciencia del público
sobre la diversidad del patrimonio mundial, los esfuerzos requeridos para su
protección y conservación, haciendo un llamado de atención sobre su
vulnerabilidad. Esta propuesta fue planteada por el Comité Ejecutivo de ICOMOS
a la UNESCO y aprobada por la Conferencia General de este organismo en su 22ª
Sesión, en noviembre de 1983.
Desde entonces, el ICOMOS sugiere un tema anual para analizar y desarrollar
por parte de los comités y sus miembros esta fecha, favoreciendo la realización
de actividades con el fin de propagar y enriquecer el conocimiento sobre el
patrimonio cultural. Este año el tema versará precisamente sobre el origen del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios
ICOMOS, el cual se remonta al año 1965, razón por la cual está cumpliendo
cincuenta años desde su fundación. El ICOMOS se creó como un organismo Clase A,
asesor de la Unesco, cuyos orígenes se enraízan en 1964, en el marco de la
Asamblea General del II Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de
Monumentos Históricos. Surgió como un cuerpo colegiado, brazo coordinador del
esfuerzo internacional para preservar y valorizar el patrimonio de la humanidad
Ya desde la Conferencia de Atenas para la Restauración de Edificaciones
Históricas (1931) a través de su documento conclusivo, la Carta de Atenas para
la restauración de monumentos históricos (Carta del Restauro), así como desde
la Cuarta Asamblea del Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (1933),
mediante la Carta de Atenas para el urbanismo publicada en 1942 por Le
Corbusier, acciones que representaron un gran paso a favor de la conservación,
se comenzaba a gestar conciencia sobre la necesidad de reunir a los
especialistas de la disciplina de la restauración a nivel mundial.
En 1957 se reunió en París el Primer Congreso de Arquitectos y
Especialistas de Edificios Históricos, ante la necesidad de encauzar las
intervenciones frente a la profusa actividad restauradora que se produjo tras
la Segunda Guerra Mundial, orientada más por motivos nostálgicos y culturales
que por los criterios científicos por los que se abogaba en la Carta de Atenas.
Entre las conclusiones de este congreso se fijaba la necesidad de crear una
organización central con autoridad para la protección de edificios históricos,
en el nombre de UNESCO, conformada inicialmente por todos los estados miembros
de UNESCO en unión con el Centro Internacional para el Estudio de la
Preservación y Restauración de Bienes Culturales (ICCROM) con sede en Roma.
El Segundo Congreso de Arquitectos y Especialistas de Edificios Históricos
se congregó en Venecia, entre el 25 y el 31 de mayo de 1964 adoptando trece
resoluciones. La primera concerniente a la promulgación de la Carta
internacional sobre la conservación y la restauración de los monumentos y
sitios, mejor conocida como Carta de Venecia, y la segunda, la creación del
Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, propuesta y recomendada por la Unesco
como una entidad de expertos en materia de conservación y restauración de
bienes construidos para la difusión e implementación de sus postulados. La
necesidad de crear esta organización internacional de carácter no gubernamental
había sido parte de las conclusiones de la novena sesión del International Commitee for monuments,
artistic and historical sites and archaeological excavations, reunido en París,
pocos días antes, entre el 19 de mayo y el 22 de mayo de 1964 por invitación
del Director General de Unesco.
Al año siguiente, entre el 21 y el 25 de junio de 1965, se efectuó la
constitución y primera asamblea general de lCOMOS la cual tuvo lugar en
Varsovia, Polonia. Además de los delegados de 26 países, participaron como
observadores representantes de tres organizaciones técnicas colaboradoras en la
creación de lCOMOS, además de la UNESCO: el ICCROM (International Centre for the Study of the
Preservation and Restoration of Cultural Property) , ICOM (Consejo Internacional
de museos) y la UIA (la Unión Internacional de arquitectos). Los firmantes de
la Carta de Venecia fueron parte de los miembros fundadores de ICOMOS.
La Carta internacional sobre la
conservación y la restauración de los monumentos y sitios o Carta de
Venecia se convirtió en un texto doctrinario trascendental para la disciplina
de la conservación y restauración, adoptando una posición “racional y moderna”
equilibrando las visiones enfrentadas derivadas del Romanticismo del siglo XIX
entre la restauración en estilo impulsada por Viollet Le Duc o la conservación
a ultranza defendida por John Ruskin, incorporando posteriores aportes
derivados de la Restauración Histórica de Camilo Boito y de la Restauración
Científica de Gustavo Giovannoni, entre otros.
En la Carta de Venecia se instrumentaron conceptos, bajo la óptica del
racionalismo moderno, para responder y controlar aspectos como la adecuación de
uso y función, el contexto donde se enmarca la obra, el equilibrio entre las
técnicas de intervención y los materiales tradicionales y modernos, la
metodología de actuación y la diferenciación entre lo nuevo y lo preexistente. Con
el devenir de los años y la revisión crítica desarrollada por la
postmodernidad, aun manteniendo vigencia la Carta de Venecia, se dio la
necesidad de generar nuevos documentos que partiendo de aquella, afinaran sus
postulados y ampliaran sus perspectivas de actuación a temas específicos.
Es así como en el ámbito de ICOMOS nacieron producto de la participación
mancomunada de sus miembros, mediante el aporte de los diferentes comités
nacionales y los comités científicos, instrumentos como la Carta del Turismo Cultural (1976), abocada al control del impacto
de la actividad turística sobre el patrimonio cultural; la Carta de Florencia (1981), dirigida a la preservación de los
jardines históricos; la Carta de Toledo,
también llamada de Washington o Carta
Internacional para la conservación de las Ciudades Históricas (1986-1987)
para complementar los principios expuestos en la Carta de Venecia en torno a la
protección y conservación de los centros históricos; la Carta para la protección y Defensa del Patrimonio Arqueológico
(1990), para proteger los bienes de carácter arqueológico como testimonio
fundamental para el conocimiento y comprensión de los orígenes y evolución de
las sociedades humanas; la Carta de Nara
(1994) para definir los matices, límites y relatividad de la autenticidad en
función de la diversidad cultural y la Carta
Internacional para la protección y gestión del Patrimonio Cultural subacuático
(1996), abocada a la protección de los bienes arqueológicos sumergidos.
Con la proximidad del nuevo milenio se plantearon nuevos temas y demandas
ante la conservación de los bienes culturales tales como el papel de los
ingredientes intangibles, simbólicos y las manifestaciones culturales asociadas
al hecho construido. Como consecuencia de ello se generó la revisión y
actualización de la Carta de Burra para
sitios de significación cultural (1999), adoptada inicialmente en Burra,
Australia del Sur en 1981, y la Carta de
Ename (2008), para la Interpretación
de lugares pertenecientes al patrimonio cultural aprobada en la XVI
Asamblea General de ICOMOS celebrada en Québec.
Como parte de su misión el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios
tiene entre sus objetivos: reunir a los especialistas de la conservación a
nivel mundial y actuar como un foro para el diálogo e intercambio entre
profesionales del área, recopilar, evaluar y difundir información sobre los
principios, técnicas y prestar vigilancia sobre el patrimonio edificado, cooperar
con las autoridades nacionales e internacionales en el establecimiento de
centros especializados en la conservación, trabajar en la adopción e
implementación de convenciones internacionales para la conservación y manejo del
patrimonio construido, participar en la organización de programas de manejo
para la conservación mediante especialistas a escala mundial y promover la
incorporación de expertos de alta calificación profesional al servicio de la
comunidad internacional en materia de conservación.
Por su parte, el Comité Venezolano de ICOMOS se instituyó en 1981. Desde
esa fecha, a través de sus diferentes gestiones y miembros ha desarrollado una
labor sigilosa, poco conocida, tratando de sembrar conciencia y de señalar las
fortalezas y debilidades ante diferentes problemáticas vinculadas al patrimonio
cultural edificado. Entre las labores desarrolladas institucionalmente y a
través de la acción de sus miembros ha contribuido internacionalmente en la
revisión y aporte a la elaboración de algunos documentos doctrinales como el de
autenticidad; ha participado activamente como consultor en la revisión de los
expedientes de postulación de los sitios de Coro y su Puerto La Vela, así como
la Ciudad Universitaria de Caracas, o prestado diferentes asesorías en diversos
casos en los que se han generado diferencias de opinión sobre la conservación y
su orientación.
Son muchos los retos por realizar en materia de conservación y restauración
del patrimonio edificado. ICOMOS es una institución consultora para la asesoría
técnica y orientación en esa dirección, asentando y clarificando principios y
procedimientos de acuerdo a los postulados e instrumentos que están en
constante revisión en función de la evolución de la ciencia y paradigmas
socio-culturales que envuelven a la humanidad.
Este año 2015, ICOMOS celebra su
50 aniversario honrando a sus fundadores y destacando los logros alcanzados hasta el
momento, pero sobre todo reflexionando sobre sus futuros objetivos a través de
una serie de eventos internacionales y sobre la base de implementar la
actualización de sus estatutos y principios éticos revisados y aprobados en la Asamblea General reunida en la ciudad de Florencia en 2014, tarea que tenemos como reto implementar a nivel de cada uno de los comités nacionales.
A continuación adjuntamos los trece Acuerdos y Resoluciones del II Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos reunido en Venecia en 1964, cuyo segundo documento reunía las recomendaciones y procedimientos a implementar para la creación del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios en 1965, después de la redacción de la Carta internacional sobre la conservación y la restauración de los monumentos y sitios o Carta de Venecia:
Fuente:
Il monumento per l'uomo. Atti del II Congresso Internazionale del Restauro. Venezia: ICOMOS, 25-31 mayo de 1964.